Wednesday, July 20, 2005

Trend: Golosinas extremas


Los sabores “groseros” para chicos y grandes son un gran negocio
Una línea de chicles apestosos, gomitas con gusto a larva o queso cheddar... en el mundo de las golosinas los sabores raros son el segmento que más crece en el mercado. Gustos son gustos...Kim Severson.Uno nunca es demasiado delgado ni demasiado rico ni, aparentemente, demasiado grosero. Al menos, si uno se gana la vida fabricando golosinas. Hace poco, en el mayor encuentro de fabricantes de golosinas de los Estados Unidos, los sofisticados especialistas en cateo discutían, cóctel en mano, si el 2005 sería el año del chocolate amargo. Pero, en el piso comercial de la All Candy Expo, donde surgen las verdaderas tendencias en materia de golosinas, se hablaba de otra cosa: de gomitas con un sabor vomitivo, de larvas con gusto a queso cheddar y de perritos de juguete que defecan golosinas. “Lo grosero va y viene”, dijo Henrik Anderson, director gerente de Dracco, la compañía de golosinas holandesa que vende el perro en cuestión. A Anderson también le gusta una línea de chicles que se llama Stinkers (Apestosos). Cada chicle viene adosado a un personaje maloliente, como “Bastoncito antidesodorante”, “Aliento de rata” y “Pibe basura”. Por más innovadores que puedan ser sus productos, la mayor emoción de la All Candy Expo este año se generó en la cabina de una compañía de Chicago llamada Brand New Products. Allí convergieron dos de las mayores tendencias en materia de golosinas de este año: las licencias de imágenes de la televisión y del cine y las cosas groseras. El resultado es una línea de golosinas llamada “Fear Factor”, basada en el reality show de la televisión donde los participantes comen gusanos y partes de animales para competir por dinero. Se espera que los productos estén en los negocios norteamericanos a principios de agosto. “Lo que nos llamó la atención fue el factor grosero y la longevidad de la marca Fear Factor”, dijo Steven Faso, el fundador de la compañía. “Hace tiempo que veníamos buscando la manera de modernizar el concepto de golosina y finalmente la encontramos”. Un pulpo de la colección Fear Factor, un caramelo bien agrio y baboso, es tan húmero y pegajoso que se pueden ver las manchas en la caja antes de sacarlo de su envase de plástico. Una bandeja plástica contiene patas de rana verdes y gomosas, huesos de caramelo blanco y un recipiente lleno de sangre roja de caramelo para mojarlos. Todas estas golosinas tienen un sabor suave a panceta ahumada. Sin embargo, el orgullo de la compañía es una bolsita de larvas crujientes, gusanitos bebé de verdad procedentes de California, que se disecaron y luego se recubrieron con una cobertura con gusto a queso cheddar y salsa mexicana. Que los chicos adoran las imágenes y los gustos extremos en sus golosinas no es ninguna novedad. La categoría de golosina extrema o novedosa es el segmento de más rápido crecimiento del mercado de golosinas de Estados Unidos, que mueve 23.000 millones de dólares, según un informe reciente publicado por la revista de la Asociación de Comerciantes Mayoristas de Estados Unidos. Ahora, bien ¿qué nivel de grosería pueden tolerar los chicos norteamericanos? En el piso de la All Candy Expo, todos parecían tener en claro la respuesta a este interrogante. “A veces hay demasiada grosería en el mercado; otras veces, la grosería es escasa”, dijo Anderson de Dracco, cuya compañía también vende chupetines con forma de escorpión y tatuajes de lenguas de caramelo. “Pero creemos que lo grosero como concepto nunca desaparecerá”.

© The New York Times. Traducción de Claudia Martínez.

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