Saturday, October 29, 2005

CINE: el cine adolescente de ezequiel acuña


Adolescer
Con su debut Nadar solo, Ezequiel Acuña le dio al cine argentino una película en la que la adolescencia era la única protagonista: los tiempos muertos, la amistad inquebrantable que se resquebraja, el amor desde lejos, los hermanos mayores y esa sensación irrepetible de adolescer sin saber de qué. Ahora, vuelve a sumergirse en esa atmósfera con su segunda película: Como un avión estrellado. El escritor chileno Alberto Fuguet presenta el mundo según Acuña


Vi Como un avión estrellado a fines de febrero de este año, con Ezequiel a mi lado, en el living de su casa (de la casa de sus padres, lo que sube los bonos de Acuña: retrato de artista adolescente notan-adolescente), frente a un hospital gótico por la avenida Las Heras. El film de Ezequiel está ambientado en Valdivia (aunque filmado en Mar del Plata). Fue en Valdivia donde me tocó presentar, como uno de mis últimos gestos como crítico de cine, Nadar solo. El año antes, me tocó hacer lo mismo con 25 Watts, luego de quedar severamente impactado y entusiasmado con La ciénaga, de Lucrecia Martel. Me acuerdo que a la salida de Nadar solo, mirando el río Calle-Calle, en medio de una llovizna (siempre asocio a Acuña con lluvia y sus películas son de aquellas que uno tiene que ir a ver con bufanda y chaleco) y como se me acercaron un par de personas para felicitarme por Nadar solo (como si yo la hubiera dirigido) y otros, que de inmediato los puse en mi lista negra, me insultaron como si el film hubiera sido mío.
“Cómo te pueden gustar estas huevadas donde no pasa nada.”
En el mundo de Acuña llueve, no pasa nada y todo el mundo, incluso los grandes, tienen 17. El mundo de Acuña es adolescente pero no en el sentido teenage y colorido de los avisos publicitarios, sino que es un mundo donde todos adolescen de lo primordial. En las películas de Acuña, y sobre todo en esta nueva, todos son tristes, distímicos, incompletos y nadie la pasa del todo bien. Esto, por cierto, convierte a Acuña en un verdadero héroe para cierto tipo de adolescentes. Sobre todo para los adolescentes que no viven como supuestamente deberían vivir los adolescentes. El mundo de Acuña es quizá demasiado adolescente, pero ésa es su gracia. En esta supuesta debilidad, la del chico ostra, el chico flaco y melancólico que siente demasiado, está la fortaleza de su cine. Acuña en el fondo es un músico a lo Jeff Buckley (obsesión en Como un avión estrellado) que, para no sucumbir al suicidio, filma películas cortas y unplugged que conforman un álbum extremadamente triste, ideal para escuchar en un día nublado, donde cada película es un track que tiene títulos insuperables. ¿Cómo no quedar intrigado por películas que se llamen Nadar solo o Como un avión estrellado?
Llegué al mundo según Acuña por un afiche azuloso donde un adolescente está sumergido bajo el agua, a lo Nirvana, aguantando la respiración. El afiche no lo vi en un cine sino que me lo pasó el botones de mi hotel. Yo estaba invitado como periodista-crítico al Bafici y andaba con un guión bajo el brazo. Acuña quería conocerme porque, según él, es fan de Martín Rejtman (al igual que yo) y porque había leído todos mis libros y sentía que yo debía ver su película.
“Tenés que verla porque, en el fondo, es culpa tuya: tu libro Mala onda es una de las inspiraciones.”
La nota casi me hizo tomar la decisión de no asistir. Mala onda es mi libro adolescente y si bien sé que le gusta a cierto tipo de adolescentes, adolescentes que adolescen, lo cierto que a estas alturas es uno de esos libros que uno desea olvidar porque siente que ya no es el mismo ni tiene esa edad aunque quizá sigue adolesciendo de ciertas cosas.
Nadar solo me pareció ese tipo de debut con que uno sueña. El tipo de debut de un tipo que prefiere más Los 400 golpes que Snatch, que sabe quién es Rohmer y Kitano y Téchiné. Pero Acuña también ha leído a pesar de lo poco que hablan sus autistas personajes. La cercanía del autor con sus protagonistas es casi impúdica. Piensan tan fuerte –y piensan tanto– que podemos escucharlos sin tener la necesidad de escuchar la voz en off.
Me gusta el cine de Acuña y me gusta su mirada adolescente del mundo, una mirada donde los protagonistas no caben en su cuerpo, donde más que andar buscando amor se andan buscando a sí mismos. Vi Como un avión estrellado en su casa en una pasada por Buenos Aires luego de aislarme, post rodaje, en el salteño hotel de La niña santa. Necesitaba estar solo, aislado, lejos de la adrenalina de mi rodaje. Me encontré con Acuña y ahí me dijo que quería mostrarme su nueva película. Tenía dudas del título. Quería que la viera porque quería que se la comentara antes que hiciera su corte final y porque deseaba que le recomendara títulos. Los hice. Le envié diez. No utilizó ninguno, lo que habla bien de él. Como un avión estrellado es el mejor de los títulos para un film sobre un tipo tan perdido y desangelado como Nico.
Yo aproveché de desahogarme ante un tipo mucho más joven que yo, pero con más rodajes en el cuerpo, de lo que recién me había tocado: Se arrienda, mi debut cinematográfico (ópera prima como le dicen). Acuña me escuchó y, de una manera muy poco adolescente y totalmente madura, me calmó y me dejó más centrado. Aproveché para mostrarle imágenes que tenía en mi portátil. A veces uno necesita alguien que te diga algo preciso en el momento preciso. Lo que me dijo fue lo preciso. Lo que necesitaba escuchar para regresar a Santiago a montar la película. Ahí capté que quizá los cineastas son más generosos que los escritores. Por eso le doy las gracias al final de mi película. El dice que me da las gracias al final de la suya.
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FUTURO: Nokia "only planet" o como conectar comunidades


Promovido por Nokia en el marco de la cátedra Blanco de la UBA, el workshop “Only Planet” invitó a varias escuelas de diseño del mundo a investigar y reflexionar sobre el modo que tenemos de conectarnos en nuestras comunidades. Oportunidad para el diseño de mostrar su aspecto crítico y de ahondar en nuestra cotidianidad.
Escanear sueños, recobrar olores, sensaciones y sonidos que merecen ser atesorados –el sabor de ese beso, el aroma y suavidad de esa piel, la intensidad de esa mirada– formateándolos como un archivo de instantes felices al cual recurrir en el momento indicado, fomentadores de empatía entre desconocidos e intercomunicadores entre vecinos. Estas son algunas de las propuestas que surgieron en la edición 2005 del workshop “Only Planet-Multimedia Stories” de Nokia. ¿El tema? La conexión y comunicación entre las personas. ¿El marco? La cátedra Blanco de la Carrera de Diseño Industrial de la UBA. Ambito propicio el de la facultad de diseño para investigar, reflexionar e intentar dar algunas respuestas desde la tecnología a uno de los fenómenos quizá más paradójicos de nuestro tiempo: el estar cada vez más conectados y menos comunicados (ni hablar del contacto).
Desde la empresa
Axel Meyer, ex alumno de la cátedra y actual Design Manager de Nokia radicado en Helsinki, Finlandia, resume la intención de la iniciativa. “El propósito es darle a cierto número de universidades de diseño del mundo la oportunidad y el marco de trabajo para que los futuros diseñadores investiguen, creen y nos inspiren con experiencias nuevas y excitantes. Del mismo modo, deseamos saber de qué manera la cultura local afecta e influye en el proceso de diseño creativo y su desarrollo. Se trata del reconocimiento de los estilos de vida contemporáneos y signos de las sociedades futuras.” Así, sobre su nicho en el mercado, Meyer señala que se van acercando a objetos multimedia y servicios con valor agregado y posibilidades de personalización. Según él, en un futuro inmediato la comunicación tendrá que involucrar todos los sentidos del ser humano y no sólo la escucha y el habla: “Deberán ser productos ricos en referencias culturales, emociones y experiencias táctiles. Como diseñadores creemos en el poder de las historias, en crear y diseñar experiencias totales y justamente el deseo es que estos proyectos nos ayuden a dar un paso más hacia la compresión local-global de las expresiones, comportamientos y necesidades humanas”.
Desde el claustro
Varias cuestiones alientan este tipo de vínculos universidad-empresa. Una de las más atractivas, cuentan en general los docentes, es la de ver el proyecto no centrado en el objeto sino en el diseño de escenarios que permitan posicionar al diseñador como operador cultural. “En principio todo parte de una inquietud que trajo Axel, ex alumno de la cátedra, quien trabajó para Philips y ahora para Nokia. El diseño tiene una mirada proyectiva, observa gestos, situaciones, sensaciones y desde ahí piensa inserciones posibles. Lo interesante es esta mirada no puesta en el producto sino en las experiencias. El cómo nos acercamos a un objeto nuevo, qué interfase usamos, cuáles son las cuestiones que operan. Poder desarrollar escenarios donde la tecnología se inserte. Lo hacemos desde nuestra cultura, tendencias latentes y manifiestas que aportan o modifican algo”, explica Beatriz Galán, diseñadora industrial, investigadora y profesora adjunta de la cátedra. Así, observa, en la primera edición del workshop (2002) los alumnos por circunstancias obvias estaban muy atrapados en la crisis, mientras que ahora surgió el análisis de otras conductas. “Cómo demostramos el afecto. La idea de dejar huella o el deseo de llevarse algo cuando viajamos o la captura de sensaciones, sonidos e imágenes”, detalla. “Para nosotros este trabajo tiene una doble entrada”, suma el arquitecto y director de la carrera, Ricardo Blanco. Es una experiencia pedagógica muy interesante porque nos permite trabajar en un campo nuevo de pensamiento. Darle forma a un modo de reflexionar y un elemento para establecer mejores relaciones.” ¿En el límite de lo posible? “Acá no importa la factibilidad tecnológica. Algunas se acercan más a productos realizables y otras no, pero lo interesante es ver cómo muchas veces la tecnología se apropia de intereses o valores. Y acá vale también hacer una aclaración: tengamos o no empresas de este tipo, no estamos exentos de la reflexión”, señala Galán.
Vínculos, sensaciones, vivencias, estados
En total fueron diez grupos de estudiantes que en equipos de cuatro a seis integrantes, con un tutor-profesor, presentaron propuestas, la mayoría tendientes a mejorar las relaciones humanas. Así, Patricia Galucci, Erik Meuer, Javier González King, Maxi Dajtscher y Leonardo Sartori, capitaneados por Federico Churba, idearon productos para conectarse con uno mismo sobre todo rescatando actitudes con mala prensa, como el bendito “cuelgue”. Para ello crearon el Impaz, un inductor de pensamientos que ayuda a escaparse de la rutina, y el Emoción, un recopilador de momentos agradables, tesoros que uno puede capitalizar para alegrarse la vida.
Lucas Ferrara, Nicolás Meer, Emilio Nápoli, Leonardo Pagano y José Tovbein, con la dirección de Marco Sanguinetti, crearon un sistema multimediático anfitrión para reuniones que estimula la interrelación de personas descubriendo experiencias en común. La famosa empatía, que se da o no se da, pero parece que según ellos se puede acelerar, sobre todo para aplacar la ansiedad de personajes introvertidos.
“Lo que resulta interesante en el workshop es la metodología. Los productos pensados como un medio para fortalecer gestos culturales de una sociedad posicionan a los diseñadores en una tarea reflexiva acerca de la retroalimentación entre hábitos y diseño. Esta experiencia se intensifica cuando se compara el trabajo realizado con el de otras universidades del mundo, donde el contexto cultural determina algunos enfoques distintos y otros sorprendentemente parecidos. En principio, se notan ciertas coincidencias entre los latinoamericanos. Seguramente, arrastramos las mismas inquietudes tras haber pasado por los mismos sufrimientos. Por otra parte, quienes dirigen las carreras de diseño en nuestro país se han ocupado siempre de que los egresados puedan integrarse en otros contextos donde la disciplina y la industria están bien desarrolladas. Por eso, aparecen similitudes con las universidades del Primer Mundo, lo cual no debe sorprendernos. En cuanto a los termómetros para medir a la gente y sus hábitos, una gran capacidad de observación resulta indispensable para cualquier trabajo de diseño. Esta es una disciplina que nos transforma en fanáticos observadores de los hábitos, las costumbres, las relaciones, las situaciones y secuencias de uso, siempre con la insaciable inquietud de mejorar las cosas. Y de esta actitud observadora no se puede descansar, resulta tan complejo llegar a ver y analizar como dejar de hacerlo”, explica Sanguinetti.
Por su parte, Luciana Grynblant, Bernardo Lorenzo, Alejandro Palandjoglou, Francisco Tablado e Irina Iurcovich, dirigidos por Pedro Senar, ahondaron en algunos de los ritos que se dan en las salidas nocturnas, como el tomar algo o charlar. Para esto último inventaron un accesorio que facilita la conversación filtrando y ecualizando sonidos según la necesidad. “La experiencia Only Planet permitió formalizar metodologías para la creación de productos a través del desarrollo de escenarios de acción y trabajo en grupo con tutores de proyecto, que modificó la dinámica general del taller. El rol de tutor de grupo contrapuesto al de docente de taller generó modificaciones en la posición del profesor con respecto al alumno, produciendo un acercamiento diferencial”, aporta Senar.
Liliana Seijo, Ana Wagener, Guillermo Xarrier, Hernán Argibay y Juan Ignacio Denegri, junto al docente Hernán Stehle, focalizaron en una actividad que suponen realizamos todos: soñar. Para ella crearon el Piacente, un inductor de sueños que permite capturar olores, sonidos o imágenes que uno desee para su reproducción, y el Droom para decodificarlos. Por último, entre otras propuestas, Adrián Teijeiro, Yanina Guersovich, Alejandro Rubolino, Gabriela Pavlotzky y Nicolás Poliak, con la dirección de Gianpiero Bosi, crearon un intercomunicador vecinal, justamente para atender uno de los focos de la cuestión de la actual conectividad que muchas veces es el aislamiento.
“Si bien muchas veces la tecnología acorta distancias, muchas veces transforma el compartir en una comunicación mediada y en otros casos crea burbujas personales que limitan la interacción. En los dos grupos en los que fui tutor, trabajamos a partir de una visión responsable y comprometida respecto del rol del diseñador como propulsor de conductas dentro de la sociedad. El diseñador como mejorador de los vínculos sociales, pensando en las macroconsecuencias o efectos inconscientes que produce el uso de determinados productos dentro de una dinámica social. Se evitó el uso banal de las tecnologías y las conductas humanas. Una sociedad mejor depende, en gran medida, de las acciones que cada individuo realice dentro de su entorno próximo. Los productos funcionan como incitadores de determinadas conductas. Los usuarios, en general, son inconscientes de los efectos futuros que el uso de determinados productos genera. El diseñador, en cambio, debe ser absolutamente consciente y proponer productos para un mejor futuro global”, aclara Bosi.

//Por Luján Cambariere

Más en las gateras
Otro concurso, que premió hace poco la labor de otros diseñadores estudiantes fue Heineken Inspire. En la categoría Diseño Industrial, dos alumnos, esta vez de la Universidad de Palermo –Germán Martínez y Pablo López– obtuvieron la primera mención con su Botella en mano (foto), un envase ideado para eventos: “Heineken representa las fiestas, bares y discotecas, así que nos pareció interesante generar un envase que contemple estas situaciones desde el punto vista morfológico y de la marca en la situación habitual de tomar del pico”, señalan.
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Sunday, October 16, 2005

CULTURA : HOGAR, DULCE HOGAR



Cada vez más, la cultura se vive en casa y a solas
Según una encuesta nacional la radio y la TV paga aventajan a la compra de CD y el cine. Para los analistas, es un fuerte cambio cultural asociado a las nuevas tecnologías.

La mayor parte de la música que se escucha, se escuha por la radio.
La mayor parte de las películas que se miran, se miran en la TV.
¿Cultos y en casa será la fórmula?
¿Cultos y en casa y cada uno en lo suyo?

Algo de eso se puede leer en la encuesta sobre consumo cultural que acaba de terminar la Secretaría de Medios de Comunicación, de la Presidencia de la Nación.Algunos datos pueden sorprender. La radio es el medio donde se concentra la mayor exposición a la música: 87,9 %. En CD se escucha el 57,2 y en casete —¡no ha muerto!— el 21,1. Internet se lleva el 1,3 y las discotecas —el primer espacio público que aparece mencionado—, el 7,4.

La novedad es la televisión, cada vez más reina del hogar: un 26,7 por ciento de la música se escucha por esta vía, en programas de videoclips de cable o en las señales exclusivas de la televisón satelital. Quienes lo hacen son los más jóvenes: el 34,6% tiene entre 12 y 17 años. El cine, también en casa. Por televisión paga, se ve el 53,9 de las películas y por televisión abierta el 18,4. Otro medio relevante es el alquiler de videos o DVD: 24,5. Sumadas, todas estas opciones hacen empalidecer la asistencia al cine: el 15,5 por ciento. ¿Una cosa atenta contra la otra? Nada es absoluto: "Los argentinos —dice la encuesta— se caracterizan como 'muy sociables'" Por eso, visitar amigos y familiares representa el 79,7 por ciento de sus actividades de tiempo libre. Así, ir al cine con amigos es una salida que no se opone a mirar películas solos y en casa durante la semana. Pasan las dos cosas y por eso las cifras de recaudación del cine no han bajado al ritmo que subían las de otras modalidades de ver películas.
Dicho brevemente: vemos más películas que antes.

El estudio, encargado por la secretaría que encabeza Enrique Albistur, fue llevado adelante por los sociólogos Luis Alberto Quevedo, Roberto Bacman y Lelio Mármora, director del INDEC. Se hizo una encuesta en dos etapas: la primera entre octubre y noviembre de 2004 y la segunda en diciembre de 2004. En el primero, se tomaron 2.974 casos en ciudades grandes y chicas de todo el país. En el segundo se consideraron 2.996 casos. Se hizo preguntándole a la gente por sus consumos y cada cual contestó lo que consideró correcto. Por eso, en la introducción del estudio se aclara: "En algunos casos, los entrevistados hablan de sus películas reales: en otros, reflejan una relación imaginaria que mantienen con la cultura". Por eso, dicen, esto constituye un "mapa perceptual de los consumos culturales".
Albistur dice que "es importante este estudio no sólo para el sector público sino también para el sector privado y para todas la asociaciones civiles o fundaciones que trabajan en el ámbito de la cultura y la comunicación". Porque "encontrarán allí muchos datos que les permitirán mejorar su relación con los públicos, conocer mejor sus demandas y planificar adecuadamente sus ofertas".¿Ofertas para un público individual, que consume cultura de a uno? Puede ser: "Vamos a un televisor por persona y apostaría a que hay un futuro para el dormitorio con dos televisores", predice Quevedo. "Hay una decisión de gasto en equipamiento hogareño para escuchar música o ver películas que evidentemente es distinto en cada nivel social, pero atraviesa todos".

Si se mira en detalle, no se trata solamente de películas y música. Sólo el 3,7 por ciento va a las bibliotecas a sacar un libro para leer por placer. Se lee en casa, en privado. Y algo que lleva la lectura más hacia puertas adentro todavía: Internet. El 28 por ciento consultó libros por esta vía. Es un asunto práctico: sobre todo, se consultaron textos académicos. Es un dato que hay que cruzar con el de asistencia a bibliotecas: del 28 por ciento que dice visitarlas, el 85 por ciento va a "consultar cierto material determinado" o a "fotocopiar textos". Pero a medida que el material esté en la Red ¿para qué salir? Dos datos de color en lo que hace a libros: el elegido como el más leído fue la Biblia. Y cuando, a quienes dijeron que leen, les preguntaron por el autor del libro leído, el 61,9% no supo mencionar ningún nombre."Esta muestra expone un cambio cultural en la exposición a los medios de los argentinos —dice Roberto Bacman—. Hoy ocurre con la televisión lo que antes ocurrió con la radio. Es parte de la vida, tanto que a veces la gente dice 'no hago nada en casa' aunque mire la telelvisión, porque el televisor está prendido 'naturalmente'. Hay casi 2,4 televisores por hogar y el consumo es cada vez más individual. Por eso ya no hay programas de 60 puntos de rating: no está toda la familia frente a 'Grande pá' sino que están dispersos, mirando distintos programas en distintos cuartos. Se han exacerbado los consumos individuales frente a los familiares y la tecnología lo permite".La encuesta —que se puede ver completa en www.consumosculturales.gov.ar—; toma mucho detalle en aspectos diversos: cuáles son los autores más citados, actividades de tiempo libre, deportes preferidos y gastos familiares en cultura. Pero lo que despunta es una imagen del futuro: una persona sola, en un cuarto, con muchos aparatos (que tal vez ni necesiten cables). Guste o no, cultura argentina siglo XXI.

Patricia Kolesnicov (Clarin)

Una "cuenta cultura" austera
La "cuenta cultura" de la familia argentina es austera: sólo un 3,1 por ciento del presupuesto familiar se dedica a este rubro. Aquí hay que tener en cuenta que gran parte de los consumos culturales se pueden hacer de manera gratuita, aunque muchas veces esto ponga a los consumidores en el borde de la ilegalidad.El 43 por ciento de los argentinos, por ejemplo, dijeron haber comprado discos compactos. Pero no todos eran legales: 4 de cada 10 —especialmente entre jóvenes y entre las clases más bajas— reconoce haber comprado copias piratas. Entre quienes no compraron, además, hay un 15,3 que escucha música que bajó de Internet. Con todo, el gasto promedio en compactos alcanza a los 16 pesos mensuales. Un promedio con una variación amplia: en el nivel alto, el gasto llega a los 23 pesos.Del 21 por ciento que escucha casetes, el 67 los compra. Esto ocurre principalmente en el Gran Buenos Aires, en un nivel socioeconómico medio y entre los de más edad (que conservan sus viejos equipos). Los compradores han gastado unos 8 pesos por mes en este rubro.En promedio, e independientemente de su lectura, los argentinos dicen haber comprado alrededor de un libro por mes, un número que crece con la edad y el nivel adquisitivo. La gente va al cine algo más de una vez por mes y gasta 9 pesos en ese período. El hábito está más afianzado entre la clase media y entre quienes tienen de 35 a 49 años.Los alquileres de video y DVD alcanzaron los 17 pesos mensuales, a razón de 3 películas por mes. Este gasto compite con la venta de películas pirateadas en CD, que baja hasta los 3 pesos. En teatro, quienes fueron lo hicieron una vez cada dos meses.



Wednesday, October 12, 2005

TENDENCIAS: El ataque de los videoblogs


Videoblogs: Los nuevos reality shows de la web
Gracias a la disponibilidad de herramientas y servicios extremadamente simples y, sobre todo, gratuitos, los usuarios de Internet pueden tener su propio reality y compartir sus vidas con los navegantes. Sin embargo, la gran memoria que demanda tenerlos online podría hacer más lento su desarrollo.

Eva Domínguez.
conexiones@claringlobal.com.ar

El día en que cualquier ciudadano con una cámara de video digital podría emitir al mundo ya ha llegado. Los videos proliferan en Internet. Tras la consolidación de los weblogs como narrativa interactiva, los formatos audiovisuales ganan terreno en la Red. Si el podcast se impone como formato pseudoradiofónico, el videoblogging es el rey del audiovisual online.
Si alguien tiene alguna duda de que el videoblog -o vlog- va a ser el próximo fenómeno masivo en Internet, sólo tiene que seguir la pista a Google. El buscador más famoso de la Red ya ha lanzado en fase beta un servicio de hospedaje gratuito de videos, lo que puede dar una idea de cómo se va a multiplicar la oferta de contenido audiovisual.
Como es habitual, el paso que va de un uso restringido entre usuarios con conocimientos tecnológicos a la adopción masiva de personas sin ese dominio se debe a la disponibilidad de herramientas y servicios extremadamente simples y, sobre todo, gratuitos.
La barrera del hospedaje
Ésa es la clave de los weblogs y podcasts. En el caso de los videos, una de las mayores barreras para su difusión online es el hospedaje. Los ficheros audiovisuales ocupan mucho espacio en los servidores, por lo que, aunque hubiera usuarios dispuestos a compartir sus creaciones audiovisuales desde sus weblogs o páginas personales, disponer de suficiente espacio para su material era un problema.
Ese muro se volatilizó con la aparición de servicios que ofrecían alojamiento gratuito para material audiovisual. Webs como archive.org, vblogcentral.com, youtube.com, putfile.com o zippyvideos.com han espoleado la creatividad de particulares y profesionales independientes.
Para aquellos piensan que la vida es mejor si se puede grabar en imágenes, el videoblog aumenta su calidad vital porque además pueden compartirla. Los recursos e instrucciones para introducirse en el videoblogging son muchos, por lo que el neófito no se sentirá abandonado a su suerte. Encontrará desde páginas con la información imprescindible, como Videoblogging.info a otras que muestran las instrucciones paso a paso, como Freevlog.org, o directorios de creadores de estos diarios audiovisuales, como Vidblogs.com.
La calidad y estilo de los autores de estas piezas es variopinta. Tal vez el denominador común sea el entusiasmo compartido por esta narrativa emergente, que se puede comprobar en la conferencia europea sobre este fenómeno que tuvo lugar en Amsterdam del 10 al 17 de septiembre.
Clásicos del género
Los dos temas clásicos en el video casero son los encuentros familiares o de amigos, y los viajes, que tienen su justa representación en esta primera hornada de videobloggers. El relato de vidas particulares se aproxima al "reality show" con los videoblogs. El matrimonio compuesto por Dennis y Janell (él es pastor bautista), residentes en México, muestra su vida en Mexico Movies.
Como lo importante no es el qué sino el cómo, algunos videoblogs sobre viajes ya tienen sello propio, que puede ir desde la road movie con fondo de videoclip de Rad Blog, al anecdotario de una canadiense afincada en Europa de Travelvblog.
Producción hispana
Si bien la mayor parte de videobloggers son angloparlantes, también existe una incipiente producción hispana. Andoni, el autor de Carpediem, distribuye sus videos en Internet porque "es un medio excelente para guardar recuerdos, ya que con el tiempo en cualquier parte del planeta se tendrá acceso a la red de redes por lo que el acceso a tus memorias estarán disponibles en cualquier lugar del planeta", explica en su página.
Las experiencias personales también son el tema de Los Fallas, un videoblog bilingüe, que muestra la vida cotidiana de esta familia residente en Estados Unidos. De estilo menos convencional, Puritito tomate refleja la particular visión sobre la realidad de sus autores.
Ficción y parodia
Las vivencias propias pueden ser el tema de un vblog o sólo la fuente de inspiración para crear una serie de ficción al estilo de Qué vida más triste, un videoblog sin desperdicio con entrega semanal. Además del relato de las juergas de fin de semana y de las relaciones de pareja, es especialmente recomendable la serie Las otras , o cómo contar la misma historia con siete finales diferentes.
Existen historias particulares y ficticias, y relatos en primera persona, pero, ¿hay periodismo en el videoblogging? Hay parodia informativa o información de entretenimiento como la de Rocketboom, un informativo diario de tres minutos con sentido del humor realizado desde Nueva York. Andrew Baron, detrás de la cámara, y Amanda Congdon, ante ella, comenzaron a emitir online hace un año. Cuentan con 50.000 fieles, lo que ha convertido a Rocketboom en el vblog más popular.
"Somos el medio"
Hasta la CBS le ha dedicado una nota. En estos momentos cuentan ya con siete corresponsales en distintas partes del mundo. Uno de ellos es Steve Garfield, que informa desde Boston. Steve es un creador compulsivo de videoblogs. Además de su corresponsalía en Rocketboom, produce en su propio videoblog piezas de todo tipo y se promociona como asesor y productor de vlogs.
En una de sus piezas Steve contraataca a una reportera del diario The Inquirer and Mirror que está haciendo una encuesta. Tras responderle, saca su cámara y le graba. Desbordada, la periodista le dice: "No, no va así". El videoblogger le espeta: "Lo siento, ahora es así. Nosotros también somos los medios, no sólo ustedes".
¿Periodismo o egocentrismo?
Esa idea es la que sustenta proyectos como OurMedia.org o NowPublic.com, que nacen como alternativa al periodismo tradicional y con la tesis de que los ciudadanos también pueden informar con material audiovisual. Current.tv, impulsado por el exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore, también tiene un apartado donde se alojan videos de ciudadanos, algunos de los cuales serán emitidos en televisión.
De todo el material enviado a estos proyectos, una pequeña porción podría caber en el género informativo y mucho en el del masaje al ego, donde todo gira entorno al protagonista, como el vblog de Garfield. Tal vez es porque, como bien resumen los autores de Freeblog.com, en su reclamo, "te encantaría tener uno (un videoblog) porque -reconócelo- difícilmente saldrás alguna vez en la tele. Además, justamente jugar al margen es lo que lo hace tan atractivo. Puedes salir por donde quieras."
Tal vez por ese motivo, muchos profesionales no creen que el llamado periodismo ciudadano, sea textual o audiovisual, se pueda considerar como tal, y es motivo de divertidas parodias, como la del programa The Daily Show . Habrá que ver si dentro de diez años la broma sigue vigente.