Wednesday, July 20, 2005

Musik: "Coco", tímido atrevimiento


Poco a poco, la guitarra de Noelia y el bajo de Andi se despojan de su pasado, en busca de algo nuevo. El babasónico Gabo Manelli les está pre-produciendo su primer disco, mientras reflexionan sobre la etapa post-Cromañón. “La otra vez me dijeron que el único anagrama que se puede hacer con la palabra argentino es ignorante”, dicen.

Noelia es tímida. Cuando se prende el grabador, llama a Andi Pu (su compañera de banda en Coco), para que hable por ella. Sin embargo, en escena, frente al micrófono y con la guitarra al hombro, se la siente suelta y natural, transmitiendo cierto relax no exento de nervio post-punk. Las chicas se conocieron en 1998, época en la que Andi (también bajista de la banda de Rosario Bléfari) tocaba en Ondas Martenot. Noelia se había hecho amiga de las chicas y cuando iba a los ensayos la arengaban para que se anime a tocar con ellas; pero no, no había caso. Hasta que un buen día, en un festival, ante la no aparición de Gonzalo Córdoba (más conocido como guitarrista de Suárez) le pidieron de vuelta que se animara, que agarrara la guitarra. Noelia se subió, le soplaron los tonos y tocó.
De alguna manera, en ese instante en que la timidez súbitamente se convirtió en desparpajo, se puede decir que empezó Coco. Poco a poco, la guitarra de Noelia y el bajo de Andi se fueron despojando de todo el resto del grupo, con la necesidad de llegar a algo nuevo: de eso se trata Coco. Andi: “En Ondas Martenot trabajábamos de otra forma. Cada una tocaba una cosita y después había toda una fantasía de cómo teníamos que sonar, que nos llevaba a poner muchos adornos y a tocar con otras personas. Eso estuvo bien en ese momento, pero lo que no quiero ahora es construir cosas con elementos que no tengo. Para mí es cuestión de ver quiénes están y tocar con esa gente”.
El otro que está ahí, completando el trío, es Leo Santos, exquisito baterista que ahora toca con Daniel Melero: “Leo era nuestro baterista preferido. Y nunca pensamos que iba a acceder a tocar con nosotras. Pero se dio”. “Se dio porque nos presentó Gabo Manelli –aclara Leo–. La verdad es que yo casi no las conocía, nunca había hablado con ellas, hasta tenía cierto prejuicio. Pero, cuando nos juntamos en la sala de ensayo, nos pusimos a tocar y enseguida me gustaron mucho las canciones, me parecen que son divertidas de una forma especial.”
Siendo Leo Santos ex baterista de La Nueva Flor, Victoria Abril y Victoria Mil, es lógico establecer cierta conexión con el Ferrocarril Roca. “Por alguna razón, aunque somos de Capital, siempre nos sentimos conectadas con artistas de la zona sur. En la época de Ondas Martenot tocábamos con los Estupendo, ahora tocamos con Leo, siempre nos invita la gente de Placer. No creo que sonemos como un grupo del sur, pero las veces que vamos a tocar por ahí sentimos que la gente hace silencio, algo que también pasa en La Plata. La gente te escucha.”
Durante la charla, la experiencia de Coco lleva a otros músicos amigos, como Luchi Camorra o el babasónico Gabo Manelli, que les está pre-produciendo su primer disco. ¿Son las Coco groupies con el berretín de la música? Las apariencias engañan: cuando tocan ellas son varios los músicos (famosos o no) que van a ver a estas chicas tímidas pero atrevidas, que tienen claro que para desarrollar su propio estilo hace falta tiempo y espacio. Despacio, sin prisa y sin pausa, Coco evita caer en lo obvio, lo que hace que escucharlo sea una experiencia.
Andi Pu: “No queremos hacer lo primero que nos salga, queremos trabajar un poco más las cosas, sin perder la espontaneidad. Creo que en Coco los silencios que hay siempre están por algo, los vacíos que están también son por algo. No somos muy psicodélicas, somos más bien sintéticas, es muy concreta nuestra música. Pero eso nos pasa en este momento, no nos casamos con nadie”. Quizá por esa búsqueda de independencia, la música de Coco exhala aire, por lo que resulta un buen antídoto contra la claustrofobia que destilan tantas y tantas expresiones sonoras de estos tiempos de solidificación total. “La otra vez me dijeron que el único anagrama que se puede hacer con la palabra argentino es ignorante”, dice Noelia cuando se le pregunta por la situación post-Cromañón, a la vez que confiesa que lo que más la inspira es “caminar mucho por la calle”. Andi, por su parte,confiesa que como bajista tuvo un antes y un después de escuchar a Lee Scratch Perry, aunque la inspiración también le llega de formas un tanto curiosas, como en el caso del nombre de la banda: “Yo conocí dos gatos peludos y gordos, hermosos, tipo Garfield, uno macho y el otro hembra. Uno vive en Tortuguitas y el otro en Barrio Norte, y no se conocen entre sí. Entré a esas casas y dije: ‘¡Qué lindo gato!’. Y en los dos casos me dijeron lo mismo: ‘Se llama Coco’”.


TXT Santiago Rial Ungaro

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