Tuesday, January 31, 2006

TURISMO : Los hoteles de diseño son la nueva tendencia turística de la Ciudad


Estética, vanguardia, tecnología. Son todas palabras que en la nueva generación de hoteles porteños se traducen en paredes blancas, muebles sofisticados, pantallas de plasma y luces cenitales. Los hoteles de diseño están en expansión: de los 15 emprendimientos que abrieron en 2005 o lo harán próximamente, ocho son de este tipo. El dato tiene que ver con una tendencia mundial (ver Ejemplos...), y también con la gran producción de diseño que hay en Buenos Aires, lo que hizo que la UNESCO la declarara recientemente Ciudad del Diseño. En estos hoteles, la estética es parte fundamental de la propuesta. Y la mayoría son boutique: pequeños y lujosos. El primer hotel de diseño porteño fue el Design Suites, que inauguró en 1999 en Marcelo T. de Alvear 1683. La pileta detrás del lobby, visible desde la calle, es su sello.Su creador fue el arquitecto Ernesto Goransky, que también compró otro terreno a escasos diez metros. Goransky, alejado de la gestión del Design Suites, abrió con sus sus mismos lineamientos el CE, en Marcelo T. de Alvear 1695, a mediados de 2005. Los dos, frente al Palacio Pizzurno, marcan un fuerte contraste con su academicismo francés. La antigua arquitectura se descubre además en las huellas del anterior edificio en la medianera del CE, que se ven a través del techo vidriado del lobby. Y el piso, también de vidrio, deja ver el jacuzzi del subsuelo. "Los planos de vidrio permiten trabajar la arquitectura real y la virtual. Y en la planta baja libre se confunden el espacio público y el privado, la Ciudad se apropia del espacio", explica Goransky recostado en uno de los sillones, que también tienen su razón de ser. "Los argentinos somos cariñosos. Por eso los almohadones y las mantas están hechos en lana de llama y arpillera de seda, son una invitación a tocarlos", cuenta.Es que en estos hoteles ningún detalle es casual. El hogar del lobby del 725 Buenos Aires, que el mes próximo se inaugurará en lo que fue el antiguo Continental, quedó porque así lo pensó Alejandro Bustillo, el prestigioso arquitecto que proyectó el hotel en 1927. "La fachada se respetó y los interiores se hicieron a nuevo, pero dejamos elementos antiguos, como el hogar y unas molduras en la recepción que resaltamos con una luz especial", dicen Romina Sandá y Dolores Sylvester, gerente y directora comercial de este nuevo cinco estrellas, gerenciado por los mismos inversores que están remodelando con igual estética el Nogaró. Muchos de los huéspedes están ligados al arte, el cine y la publicidad, o son empresarios que hacen ellos mismos la reserva por Internet y buscan lugares distintos. Además, son muy buscados por los equipos de filmación que cada vez graban más comerciales en la Capital. Un mediodía, un grupo de una productora acaba de hacer el check in en el Madero by Sofitel, un cinco estrellas de diseño en Puerto Madero. Algunos toman un café y otros juegan en un billar del lobby. Otro espacio muy usado por los turistas es el health club del último piso, donde está la pileta rodeada por un deck de madera, y que tiene una impresionante vista del dique 1. "Hace un año que me alojo. Me gusta la modernidad y la hospitalidad en la atención", dice allí Alexandre Menezes, un brasileño que trabaja en telecomunicaciones y viene por trabajo. Un dique más al norte, la vanguardia estalla en el Faena Hotel & Universe. Inaugurado a fines de 2004, lo creó Alan Faena y lleva la firma del francés Philippe Starck, uno de los diseñadores más famosos del mundo. Las habitaciones de estilo imperio conjugan cortinas de terciopelo, pisos de lapacho y baños de mármol. El lujo también desborda en los espacios comunes, como el restorán El Bistró, que recuerda a la Belle Epoque con sillones de cuero blanco. "La propuesta del diseño tiene que ver con nuestra propuesta del vivir. Es el respeto por la persona. Si llegás a un lugar que estéticamente acompañe tu vivir, te sentís en tu casa. Un lugar inmenso que es un 'no lugar' no te hace sentir en casa. Lo más importante era generar un lugar que no sólo esté inspirado en nuestros valores, sino que genere una visión de lo que para nosotros significa Buenos Aires", analiza Faena. John Smithkline, un huésped europeo, le da la razón: "Lo elegí porque aquí puedo conocer la cultura de los argentinos, en el marco de una arquitectura espectacular".En otros hoteles, si bien no son netamente "de diseño", el estilo se ve en los ambientes despojados con muebles oscuros y tejidos de colores cálidos, iluminación estratégica y jarrones de vidrio con lilium y azucenas. Por ejemplo, el Hilton y el Regal Pacific, ambos de cinco estrellas y con una estética ejecutiva y moderna. O varios de NH, como el Jousten, el City y el Crillón (en remodelación), edificios antiguos reciclados a nuevo. "El diseño le da un plus a un hotel, porque la manera de presentar pasa a ser una experiencia", aporta Juan José Cugliandolo, director de relaciones institucionales de NH.Como en en estos casos, otros muchos nuevos hoteles son en realidad reciclajes. El Regidor se transformó en el Vista Sol, un ejemplo de vanguardia con barandas de vidrio y una lucarna que ilumina toda la planta baja. Y el grupo Fën reabrió el Phoenix como Esplendor, un modelo que repitió en Calafate y piensa exportar a Latinoamérica. El hotel, justamente, busca recuperar el esplendor de las viejas construcciones porteñas. Y así, de los pasillos despojados se abre una puerta de cuatro metros de alto que da a cada habitación, donde "todo está pensado en función del diseño y el arte", asegura Cecilia Timossi, la arquitecta que lo remodeló. Las ventanas originales de madera enmarcan la vista del río al fondo de Córdoba, y unas cortinas caladas en láser evocan los antiguos visillos. Cada cuarto es distinto, pero se repiten elementos como las arañas de tul y voile que imitan un paraguas, y los respaldos de cuerina de las camas con una manta tejida.La fórmula une creatividad y negocio, y está en expansión. Guillermo Lavallén, titular de la Asociación de Hoteles de Turismo, sostiene que "los emprendimientos en hotelería se están encarando en distintas direcciones, como design hoteles, boutique y temáticos, para ofrecer un abanico de propuestas acorde a los requerimientos de los huéspedes". Goransky dice que es el resultado de una nueva generación de emprendedores, jóvenes profesionales que "piensan desde lo creativo". El resultado: diseño argentino de exportación, que los extranjeros pueden disfrutar como una atracción turística más.

Ejemplos en todo el mundo
Los primeros hoteles boutique de diseño nacieron a principios de los 80 en Nueva York, San Francisco y Londres. Hoy, existen en todo el mundo, y el más conocido es el Delano de Miami —también diseñado por Philippe Starck. Varias cadenas hoteleras internacionales cuentan con líneas especiales de diseño, como la Renaissance de Marriott y la W de Starwood (dueña también de Sheraton). Tal fue el éxito que Starwood lanzará el año próximo Aloft, unos hoteles de diseño muy "cool" pero con tarifas más accesibles que los W. Y también en 2007, NH abrirá en Milán el primer Nhow, que apunta a una clientela vanguardista y sofisticada. Aún ninguna de estas marcas tiene previstas inauguraciones en la Argentina.


Hotel Axel
El primer hotel gay porteño que abrirá en noviembre en San Telmo también será de diseño. Pertenece a un grupo español que ya administra otro en Barcelona.

Monday, January 30, 2006

TRENDS: How to disappear completely


"City Hideout," from Dutch design studio OOOMS, is a portable temporary dwelling made to fit one seated adult. The collapsable metal box resembles the kind of streetside sheds that commonly house electrical devices such as streetlight controls, new-age parking meters, and small generators. The hideout can be easily assembled on any corner or rooftop as the ultimate urban camouflage.
The most intriguing feature of this seemingly simple structure is the stark duality inherent in the design. When viewed as a form of escape and asylum from the city, a shelter from metropolitan neurosis, the hideout exudes an OK Computer-like charm, allowing its owner an opportunity to innocuously disappear amidst the bustle he can no longer handle. At the same time, the hideout's slits create the perfect condition for a new breed of urban voyeurism, suddenly casting its inhabitant as a pathological threat to all passers-by.
See an additional image after the jump.

MKT: La nueva generación de cazadores de tendencias


Los coolhunters ahora se organizan a escala global y difunden modas y nichos de negocios por la web. Las últimas tendencias de consumo detectadas.

Durante el año pasado, China se convirtió en la cuarta potencia económica mundial. El miércoles de esta semana, la sección Cultura de Clarín daba cuenta de la expansión mundial de los institutos para aprender a hablar en chino. Por eso, que el foco de la avanzada cultural esté puesto en ese mercado, tan promisorio como indescifrable, no parece casual: Ogilvy, una de las agencias con mayor trayectoria en coolhunting (caza de tendencias), está desarrollando allí su "Proyecto Faro". "Se chatea con los trendsetters —los generadores de las tendencias—, y se mantiene una comunicación constante que actualiza la información. Muy pronto vamos a traer el proyecto a la región", dice Bernardo Geoghegan, director de planeamiento de marcas de la agencia. ¿Coolhunting en tiempo real? La desgastada figura del cazador de tendencias, que apunta en una libreta lo que ve en la calle, se sube a estructuras más novedosas. Uno de los sistemas más aceitados es Springspotters, el proyecto del economista holandés Reiner Evers, que cuenta con 7 mil colaboradores en 70 países. Es simple: los springspotters envían breves informes redactados, más fotos digitales, sobre lo que ven en la calle y puede convertirse en carril para un negocio. Los más destacados se bautizan trend, como "Massclusivity" (empresas promoviendo un espíritu de exclusividad premium para sus productos masivos) o "Generation C" (el fenómeno del consumidor de tecnología como productor de contenido: películas caseras, blogs personales exitosos, ringtones hechos en casa). "La nueva manera de hacer coolhunting es focalizar en el conocimiento y las capacidades de la gente normal alrededor del mundo. Cualquiera puede ser un coolhunter, pero solamente si la contribución es valiosa recibirá una recompensa (o su nombre al lado de un artículo)", explica Reiner a Clarín. Las tendencias de los springspotters forman parte de una revista mensual gatruita. El lado B de la idea lo tiene a Reiner brindando sofisticados servicios de orientación a empresas, mientras sus colaboradores acceden por sus reportes a un pago que raya en lo simbólico. Con un sistema de puntos asignados, un springpotter puede ganar un set de champús y jabones, reproductores de MP3 o relojes.Aspiracional juvenil El coolhunting todavía no cuenta con una década de vida, y tiene un funcionamiento sui géneris, sin estructuras teóricas ni modos específicos de monitoreo. Con ánimos de explotar la bonanza de la práctica convertida en aspiracional juvenil, la Escuela Argentina de Creativos Publicitarios se unió a la consultora CCR en un convenio de pasantías para capacitar a sus alumnos en el rubro a partir de este año.El mes pasado la agencia McCann organizó el evento "Sampler Estación Observatorio", una acción entre el artista plástico Roberto Jacoby, Kiwi Sainz (antes que coolhunter prefiere llamarse "editora de la calle") y un grupo de trendsetters. En una mezcla de caza de tendencias convocado y vitrina de creaciones, confluyeron casi cien artistas. Kiwi es la dueña de una videoteca casera que viene armándose desde 1998 con conversaciones de los leading edge porteños a los que ella llamaba, antes que el glosario coolhunting se popularizara, "antenas". "Ser joven es un capital: las empresas necesitan esa información. Las que tienen plata, pagan por investigaciones. Pero si esa información no se capitaliza más allá de lo descriptivo, no sirve de nada", dice Kiwi.Quien también se resiste al rótulo de coolhunter es Richard Welch, gestor del proyecto Crystal para Ogilvy. Actualmente desarrolla un esquema similar para Lowe, que vuelca la información en Stella Artois, Nokia y Campari. "Empleamos de manera free lance a 500 personas entre artistas, investigadores, periodistas, diseñadores, djs, etcétera, en 52 ciudades del mundo. Esto se hace a través del e-mail tradicional, pero ahora estamos desarrollando un servidor en tiempo real, permitiendo la interacción de la voz y del video", dice Welch.Voltage, una agencia brasilera que sostiene el sistema de "colaboración por premio", envió hace unos meses a Louren©o Bustani, su gerente general veinteañero, a castear trendsetters a Buenos Aires. La agencia tiene 120 colaboradores que trabajan a cambio de tickets para el gimnasio, suscripciones de revistas, pasajes aéreos, entradas para conciertos y iPods. Bustani dice: "Los premios no son la principal motivación. Se trata de jóvenes ansiosos por nuevas informaciones, que valorizan la oportunidad de formar parte de una comunidad influyente y creativa". Entre los clientes de Voltage están Unilever (Brasil, Argentina, Chile), Tetra Pak y Estado de S«òo Paulo. "La primera parte de nuestra oferta se direcciona hacia la investigación; tenemos un consejo académico, compuesto por antropólogos, sociólogos, filósofos y psicólogos", sigue Bustani.Identificando el rumbo del consumo en una economía global inquieta, el coolhunting se contradice y se hace pop. Y las claves se repiten: búsqueda a escala global, organización vía web y un promocionado espíritu de comunidad.

POP CULTURE: los límites éticos de la televisión.


Convocaron a participar en un reality show en el que los participantes deberían tener un hijo con un extraño y se presentaron cientos de aspirantes, pero era una broma para testear los límites éticos de la televisión.

La convocatoria estaba dirigida a quienes estén dispuestos a concebir un hijo con un extraño frente a las cámaras de televisión. El premio de setenta y cinco mil dólares logró seducir a un gran número de aspirantes que se agolparon frente a una productora falsa para asegurarse un lugar en el casting. Pero se trataba de una broma para testear los límites éticos de los reality shows.
El experimento iba a formar parte de la serie Mischief (Diabluras), de la BBC. La idea era inventar un reality show de mal gusto y moralmente incorrecto, y una productora falsa, para poner a prueba los límites del formato. En menos de dos meses Vamos a hacer un bebé convocó a cientos de participantes y recibió propuestas de canales de televisión de todo el mundo que se interesaron en comprar los derechos de la serie. Los participantes del programa no se conocerían entre sí, vivirían en una casa de fertilidad y cada semana el público expulsaría a un participante. Las dos parejas finalistas competirían para concebir primero un hijo y ganar ciento setenta y cinco mil dólares por persona. En una encuesta previa al lanzamiento de la convocatoria la gente opinó que el reality era moralmente cuestionable pero que, de todas formas, lo mirarían. El profesor David Wilson, ex asesor del programa Gran Hermano -renunció por cuestiones éticas- indicó que la premisa de Vamos a hacer un bebé era moralmente repugnante y que le restaba valor a la vida, pero no se sorprendió de que despertara tanto interés. "Los participantes son considerados gente rara, pero son sólo el producto de una sociedad que enarbola la bandera de la fama sobre cualquier otro valor", destacó.

Fuente: BBC Mundo

Monday, January 23, 2006

POP CULTURE: El nuevo lenguaje



"Qndo n v?", pregunta por celular Paloma, de 12 años, a su amiga Romina, que acaba de volver de sus vacaciones. La respuesta llegó enseguida: "Toy en ksa. Ymme".
Rápido, informal y por momentos confuso hasta para quienes lo usan. Así es el nuevo código lingüístico empleado por muchos chicos y jóvenes en los mensajes de texto de sus celulares o para chatear por Internet. Salpicada de contracciones, abreviaturas, iconos y números, la nueva jerga desarrollada para agilizar la comunicación a veces también puede complicarla.
Degradación del lenguaje, búsqueda de mayor expresividad, penetración de la oralidad en la lengua escrita y hasta un negocio que termina en la publicación de diccionarios son algunas de las consecuencias, entre apocalípticas y prometedoras, que trae esta tendencia.
Cada día, en la Argentina se envían 18 millones de mensajes de texto, según un estudio de la consultora Price & Cooke. El intercambio de mensajes cortos, que en inglés se abrevian SMS (Short Message Service), creció aquí un 800% entre 2003 y 2004.
Son muchos. Y también son muchas las transgresiones y modificaciones que se hacen del lenguaje, en nombre de la rapidez. "Escribo «tb» en lugar de «también», y «q», en lugar de «que»", confiesa Mariana, estudiante de Ciencias Económicas, de 23 años.
Se trata de conocer el código, un conjunto de abreviaturas y contracciones de palabras y frases, con el objeto de comunicarse en forma rápida y económica. Así, por ejemplo, para despedirse muchos jóvenes envían "salu2", en lugar de los tradicionales "saludos"; se limitan a escribir "a2" en lugar de "adiós", y reemplazan el "beso" por una tímida y solitaria "b". Los más crípticos desean "QT1BD" es decir, "¡Que tengas un buen día!" y para los enamorados, el romántico "te quiero", puede sintetizarse un "t kiero" o en un económico "tq".
Nora Alessandrini es profesora de geografía en dos colegios de Morón desde hace 20 años, y ve cómo las alteraciones del lenguaje se mudan de Internet y de los celulares a las hojas de papel de sus alumnos. "Mezclan números con letras, reemplazan la preposición «por» por la letra equis, y toman eso como norma."
Consultado por LA NACION, el filólogo José Luis Moure explicó que en esta forma de comunicación se pasa por alto todo elemento de corrección gramatical, como acentos y mayúsculas, ya que molestan y demoran.
Hablo, luego escribo
"Los códigos de la oralidad han entrado en la lengua escrita como contrabandistas. Los chicos ya no usan un vocabulario sofisticado ni construcciones complejas", dice Moure. Pero aclara: "Esto no es causa del chateo; es algo previo, ya que la escuela a veces no cumple su función y el chico no puede distinguir la frontera entre la oralidad y la escritura".
"Escriben como hablan", dice Paula Iglesias, profesora de Lengua, en tercer año, de una escuela de la zona sur de Buenos Aires. "Y como resultado de sus innovaciones, terminan por no entender lo que escriben." Si el que produce el mensaje tiene esa dificultad, ¿qué le espera al receptor?
"A veces recibo mensajes con abreviaturas que no entiendo", dice Fernando, de 19 años, estudiante de Comunicación Social, y confiesa que en esos casos debe enviar otro mensaje para pedir una aclaración.
Pero no todos los jóvenes se sienten seducidos por el espíritu innovador que abunda entre los usuarios de nuevas tecnologías. Nicolás, de 21 años, estudiante de Letras en la UBA, admite que prefiere escribir las frases completas. "Pero recibo mensajes que son difíciles de comprender porque no sé si son preguntas o afirmaciones", dice, en relación con la omisión de signos de puntuación. No es lo mismo «te gusto» que «¿te gustó?»."
Aberrante para algunos, simpático y moderno para otros, este nuevo código se contagia entre los adolescentes como una epidemia.
"No se trata de un lenguaje", dijo a LA NACION el presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia. "Si un mensaje tiene expresiones lacónicas y precisas, no hay nada que objetar, pero si se reemplazan por abreviaturas y contracciones, esto contribuye a un empobrecimiento del lenguaje que, sumado a las dificultades que tienen los adolescentes para expresarse constituye un serio problema", agregó.
Para Barcia, el resultado de un uso tan económico del idioma sólo conduce a su degradación y mutilación. Según el académico, otro de los problemas es que no existe una clave universal para estos códigos y son el resultado de convenciones establecidas en forma arbitraria.
Pero hecha la jerga, hecho el diccionario. El año pasado, la Asociación de Usuarios de Internet de España lanzó el primer diccionario con las abreviaturas más utilizadas en el envío de mensajes de texto. "Exo x ti y xra ti", ("Hecho por ti y para ti"), así se llama, y puede visitarse en la página www.diccionariosms.com. También en 2005 la empresa Personal lanzó aquí una campaña publicitaria con fragmentos de un diccionario con los símbolos más usados.
Los nuevos jeroglíficos
Los especialistas coinciden en que un nuevo código podría coexistir con la forma de escritura tradicional; el problema es que los chicos en la escuela no diferencian uno de otro.
"Conmigo se cuidan porque enseño lengua", dice la docente Paula Iglesias. "Pero en otras materias la ortografía es un desastre y hasta intercalan caritas o pequeños iconos."
El uso de emoticonos es cada vez más frecuente. Son símbolos que sustituyen palabras y frases, y se construyen con caracteres ortográficos que, leídos de izquierda a derecha, recuerdan gestos y emociones.
Este jeroglífico moderno y desenfadado supone para algunos académicos una pésima costumbre. "El uso de emoticonos deteriora el lenguaje", asegura Barcia. Otros especialistas, como Moure, ven en estos símbolos una búsqueda de expresividad, tratando de graficar la espontaneidad de los encuentros cara a cara, pero sin molestarse en recurrir a los tradicionales recursos de la escritura.
"Habla poco y lo preciso", aconsejaba José de San Martín a su hija Merceditas, en una de sus máximas. Hoy, tal vez tendría que actualizar el consejo: "Escribe poco y lo preciso, pero que se entienda".


Graciela Lehmann Link corto: http://www.lanacion.com.ar/774528

MKT: KIDULTS


LAS MARCAS DE ROPA DESCUBREN QUE PADRES Y MADRES COMPRAN LAS MISMAS PRENDAS QUE SUS HIJOS ADOLESCENTES. LAS EMPRESAS DE CELULARES GANAN MERCADO AFIRMANDO "SI SOS JOVEN, SOS PARTE". LOS CANALES DE DIBUJOS ANIMADOS CUENTAN CON UN 50% DE PUBLICO ADULTO. Y HASTA LA EMPRESA DE LADRILLITOS LEGO CUENTA ENTRE SUS CLIENTES CON MAS ADULTOS QUE NIÑOS. COMO NO PODIA SER DE OTRO MODO, LOS CRANEOS DEL MARKETING YA HAN BAUTIZADO EL FENOMENO: KIDULT (ADULTESCENTES). RADAR ENTREVISTO A PUBLICISTAS, CEOS, GERENTES DE MARKETING Y PROFESORES UNIVERSITARIOS PARA ENTENDER COMO SE DA EL FENOMENO DE LA ADOLESCENTIZACION DEL MUNDO EN LA ARGENTINA, DE LOS RINGTONES Y LAS CONSOLAS DE VIDEOJUEGOS A LAS PELICULAS ANIMADAS Y LOS JEFES DE POSE CANCHERA

Cuando en 2003 la consultora Nielsen Media Research sacó a relucir el dato de que había más adultos de entre 18 y 49 años pegados a la pantalla animada de Cartoon Network que a la de CNN, los investigadores del mundo –de todas las disciplinas, incluso los religiosos– quedaron sacudidos por una tendencia que iba más allá del juvenilismo mil veces señalado como bandera de época y valor absoluto. Los cazadores de tendencias ya habían atrapado en sus redes a estos adultos que consumían como chicos y el marketing empezó a apropiarse de un nombre corto y pegadizo: Kidult, mezcla de "Kid" y "Adult", registrado por una empresa italiana de juguetes para grandes. Esta categoría fue acompañada de otras que también señaló en su momento el New York Times: se habló de los "adultescentes" como esos adultos jóvenes que estiran la dependencia de sus padres, y de "Peterpandemonium", término-diagnóstico más relacionado con el consumo retro de los treintañeros.
Los estudios disparados por especialistas en comportamiento humano reflejan un mundo que vuelve al juego y registran síntomas de un consumo que rejuvenece a cada paso. Por ejemplo: el promedio de edad de los jugadores de videojuegos subió de 18 en 1990 a 29 hoy en día (lo cual podría indicar que los mismos adolescentes de los ’90 no abandonaron el hábito en los ’00); la tradicional marca Lego descubrió que en la actualidad tiene más clientes mayores de 18 que menores, y los llamó AFOL (Adult Fan Of Lego), y la saga de Harry Potter, así como otros libros originalmente infantiles, parece conectarse cada vez más con el público adulto (lo cual elevó notoriamente su nivel de lectura), detalle que incitó a la editorial Bloomsbury a publicar una edición con tapas más a tono con su nuevo target.
A pesar de las sospechas, estos indicios no señalan la multiplicación de aquel chico excepcional que no quería crecer. Tampoco se trata de un vampirismo brutal, como el que Robert Silverberg retrataba al proponer un mundo en el que los ancianos poderosos, amparados por el Estado, extendían sus vidas gracias a los órganos que los jóvenes estaban obligados a donar. Más bien parece un fenómeno que combina elementos de esos dos escenarios: por un lado, la defensa a ultranza de algunos comportamientos y hábitos de los años de plenitud física; por otro, la dinámica ultrasensible del mercado que, apenas localizados la vuelta del afán lúdico, cierta idealización de la infancia y el efecto de la nostalgia en las ventas, arrasa con propuestas consecuentes sin hurgar demasiado en causas y consecuencias.
Apendejate
Como una interpretación despiadada de la ley de la vida, los viejos fueron desapareciendo de la vidriera publicitaria (o a lo sumo, utilizados para causar absoluta extrañeza, como la actual gráfica de Reebok con ancianos cancheros en sus zapatillas brillantes). A diferencia de muchos de los estereotipos y nichos detectados por los coolhunters (cazadores de tendencias con ínfulas cool) yanquis, que no encuentran ni remota correspondencia en países como éste, en Argentina la juvenilización se hizo acaso más exagerada, considerando lo despreciada que resulta la tercera edad para el Estado y el mercado. De a poco, la tercera edad se replegaba al rol de abuelo en algún spot televisivo, mientras las calles se poblaron de imágenes que ensalzan a los jóvenes y, sobre todo, celebran el estilo de vida que supuestamente los identifica: fresco, despreocupado y juguetón, representados por modelos que superaron sus 20 hace rato.
Es decir: si la tecnología, por ejemplo, es cada vez más una herramienta de ocio que un estandarte de productividad, nadie pierde de foco quiénes son los que terminan poniendo el efectivo. La fachada del nuevo megalocal de Sony Style inaugurado en Cabildo y Juramento apunta directamente ahí donde la tecnología es más tecno que una instalación eléctrica o un nerd que sabe cómo vulnerar Microsoft, y vincula el consumo de dispositivos con un estilo y una forma de tomarse la vida. El local de la firma está acondicionado con carteles gigantescos, cada uno protagonizado por una especie de sabihondo canchero señalado como "doctor". El Dr. Playstation, un treintañero con gorrita, tiene la inscripción: "Todos llevamos un niño en algún rincón del corazón. Sí, sí..., usted también". Diagnóstico: Kidult de manual. Según Luis Massuh, gerente de marketing & retail de Sony Argentina, Sony Style tiene un target amplio, aunque siempre manteniendo un foco: "Suceden cosas que nos sorprenden. Por ejemplo, el minicomponente es un producto con mucha potencia, concebido para adolescentes, y sin embargo se lo están llevando muchos adultos. Es como que se quieren sentir más jóvenes... La idea es que la marca representa un lifetsyle, una forma de sentirse...". (Hablando de forma de sentirse, en el afiche de la marca colocado en los subtes se puede ver a una chica con los pelos al viento escuchando su reproductor de mp3 y pensando: "Hace 15.000 temas que no me importa nada".) Al mismo tiempo, Massuh reconoce sin mucha convicción que en países como Estados Unidos la tecnología también se publicita con y para gente más adulta: "En alguna publicidad hay alguna pareja fotografiando a sus nietos, por ejemplo. Acá, me atrevo a decir como opinión personal, la tercera edad no es un segmento rentable por la estructura socioeconómica de la Argentina y no son tampoco los mejores consumidores de tecnología".
La empresa de celulares CTI fue más allá en esto de interpelar a no-se-sabe-quién por medio de un mensaje aparentemente focalizado. "Si sos joven sos parte", decía el slogan del plan CTI Fun, muy directo y al mismo tiempo ambiguo. No es la primera vez que CTI se mete con cuestiones filosas de la cultura actual para doblar su apuesta con algo de cinismo (la campaña de "diferenciate" por medio de los ringtones es otro ejemplo). El CTI Fun ofrece mensajes de texto, ringtones, una "hora fun" y no tiene coto de edad. Fernando del Río, el director comercial de la marca, no se hace cargo de una elaboración incisiva de los mensajes publicitarios: "No hay un intento por desafiar el subconsciente, sino que apuntamos a los que puedan compartir esos gustos, a todo aquel que se sienta joven", dice, sugiriendo una definición CTIana de lo que es ser joven. El término técnico que designa la expansión de un producto es, explica Del Río, la penetración: "Este plan nace pensado para jóvenes de entre 15 y 23 años, pero sabemos que cada vez hay más grupos de adultos jóvenes que comparten ciertos códigos porque quieren estar en contacto y les resulta atractiva la propuesta. El 50% de la población argentina es usuario de telefonía móvil, por lo que no hay segmentos ni de edad ni de nivel socioeconómico que no nos interesen".
A nivel mundial la publicidad viene explotando formatos antes considerados infantiles para productos típicamente adultos. Lego, consciente de que ya no es una marca tan infantil, lanzó una campaña gráfica en la que el mundo estaba construido de ladrillitos Lego y en él habitaban personas de carne y hueso, como una sugerente puesta en duda del límite entre el juego y la realidad. Playstation, uno de los productos clave en esta corriente "transgeneracional", publicita la consola de juego como cosa seria, con mucha referencia a la violencia en las ciudades y a los desafíos adultos. "Existe toda una serie de comerciales que se centran en el mundo como juego y lo lúdico como enclave ideológico absoluto", señala Sebastián Codeseira, analista de comunicaciones y publicista de la agencia JWT. "En el caso de las Playstation, el consumidor al que va dirigido creció con los videogames, es decir que su experiencia de lo real está atravesada por lo lúdico y por lo virtual. Eso explica por qué sus publicidades narran un mundo en donde el límite entre lo real y lo ficticio se disuelve y el juego se convierte en la única experiencia posible."
Un comercial de Honda que ganó el Grandprix en Cannes en 2005 utiliza procedimientos infantiles para promocionar algo tan poco infantil como un auto: se trata de una animación de lo más naïf, en una pradera multicolor, con pececitos, pájaros y lagos pintorescos. El que la recorre, al ritmo de una canción saltarina y singlera, es un motor diesel. Pero el comercial es muy poco obvio, aunque su lema sea "El poder de los sueños": el motor diesel atraviesa arbustos podados en los que se recorta la figura de la palabra "HATE" (odio), mientras la canción de fondo repite "to hate something/ to change something" (odiar algo/ cambiar algo).
Honda no es el único caso de un auto que se "infantiliza" para venderse, aunque sólo lo haga en apariencia. En Argentina, el modelo Suzuki Fun es una apuesta por el vínculo entre un auto y los jóvenes con la consigna "Pesonalizate". La campaña hizo hincapié en los accesorios, utilizando imágenes metonímicas de Frida Kahlo o John Lennon, y convocó desde su página web a armar el auto soñado de manera interactiva, como para agregarle la veta lúdica al viejo sueño del auto propio. Según Codeseira, "estamos en un momento en que la juventud dejó de ser una edad para convertirse en un estilo de vida. El corazón del mercado es reproducir el capital. Para eso la dinámica es generar novedades a fin de ampliar la oferta que garantice su reproducción. Es decir: la novedad es un elemento constitutivo del mercado y, por definición, lo joven como estilo de vida siempre está buscando eso también: renovarse. Por eso encajan tan bien".
Agrandaditos
Mónica La Madrid dirige el estudio anual de comportamiento infantil Kiddo's ("¿No sería maravilloso saber, en este momento, cómo influyen los niños en la compra de sus productos en Argentina, Brasil y México..., o en Chile, Colombia y Venezuela...?", dice la presentación algo ominosa del portal) y la consultora Markwald, La Madrid y Asociados. En los últimos años viene observando un fenómeno de estiramiento de la adolescencia también hacia las edades más tempranas: "Se le llama KGOY's (Kids Getting Older Younger: niños creciendo antes) y sucede sobre todo en Chile, México y Estados Unidos, donde ya hay hasta kits de maquillaje para nenas. En Argentina, si bien el fenómeno está en aumento, los chicos todavía tienen hábitos relacionados con la infancia". Según el estudio Kiddo's de 2004, en este país el uso de celular infantil (entre 6 y 11 años) es del 4%, aunque La Madrid estima que este año el número se habría triplicado. El mercado preadolescente también está en alza y al ver su injerencia en las compras familiares, hay varias empresas que no dudan en hacerlos parte. De hecho, en CTI afirman estar investigando el segmento preadolescente para penetrar, y Personal acaba de lanzar un pack light que viene con un colgante de Bob Esponja y un libro para colorear de regalo (destinado a toda la familia, como dicen).
Además, hay locales de ropa que apuestan a la preadolescencia y hasta bandas de música que se sorprendieron encontrando receptividad en ese sector y fueron orientándose hacia ahí, como Arbol, cuyas letras ("Quise tener una bici/ que me lleve a todos lados") y videoclips los convierten en hits asegurados de los viajes de egresados en La Falda; o Miranda!, que empezó siendo una revelación del under trasnochado y ahora anuncia sus fiestas multicolores más tempranito, como para que los padres que buscan a sus hijos devotos de la banda a la salida del show se acumulen sin reproches. Algo similar sucedió con los Strokes, cuyos fans locales obligaron a los organizadores del festival BUE a separar la fecha en que ellos tocarían en la Argentina (y hacerla abstemia) para que pudieran entrar los sub-18.
En los televisores de los subtes porteños, por otra parte, se puede encontrar a Claudio Destéfano (el especialista en negocios que deviene cabeza parlante) recitando una anécdota ilustrativa sobre lo temprano que ingresan los chicos al mercado que dice más o menos así: resulta que Hugo Guerrero Martinheitz fue con su hijo a un concesionario de Rolls Royce en Londres, y mientras al padre le contaban las virtudes de algún nuevo modelo, un empleado se llevó a su hijo a jugar con un Rolls Royce miniatura. Cuando el padre preguntó por qué se manejaban de esa manera con los chicos, un empleado contestó: "Uno nunca sabe qué chico puede terminar siendo un comprador de Rolls Royce".
En la tierra del hipermercado, las hermanas norteamericanas Olsen construyeron, antes de los 20 años, un imperio multimillonario que ofrece todo tipo de divertimentos (cine, ropa, música y más) a las adolescentes y aspirantes, y ahora intentan inundar las góndolas masculinas con sus productos deportivos, CD, accesorios para los celulares y más.
Pero la "adolescentización" –cosa que hasta la Organización Mundial de la Salud confirmó, corriendo el inicio de la adultez a los 25 años– es un cambio mucho más profundo, según explica el Dr. Ricardo Rodulfo, profesor titular de la UBA de las cátedras de Clínica de niños y adolescentes y Psicopatología infanto-juvenil, y no se mide sólo en estos síntomas publicitarios que más bien parecerían ser la consecuencia. Rodulfo se corre de una mirada acusadora y advierte en la caída de las barreras rígidas entre las generaciones cierta declinación saludable de la cultura patriarcal y falocéntrica: "En estos momentos las oposiciones se están haciendo más ambiguas –también las de los géneros masculino y femenino, entre otras cosas– y se da una contaminación: las fronteras son más porosas, más permeables. El adolescente, por ejemplo, le está enseñando muchas cosas al adulto, que además tiene una actitud más lúdica". La incertidumbre laboral y política contribuye a esta tendencia: "El adulto hoy está amenazado, no está tan seguro de contestarle al adolescente con la camiseta de ciertos valores. Se dialoga más y desde otro lugar. Pero no hay que pensar que en este diálogo se pierde autoridad, porque dialogar no implica decir a todo que sí. Ya la cosa no es dual; como en las razas, la mezcla es lo mejor. La tendencia tiene riesgos, aunque todavía no sabemos cómo se desarrollará: uno puede encontrar personas desesperadas por la envidia o que quieren vivir una nueva adolescencia o padecen el síndrome de Peter Pan, pero son patologías personales".
Si se trata de la vuelta a los gustos de la infancia y a límites poco nítidos entre las categorías "adulto" y "niño", la campaña del canal Retro es explícita, con una serie de publicidades que apuntan a rescatar lo mejor de la infancia y lo mejor de la adultez: "Ya no hay más bañate entre Superman y vos", dice uno de los anuncios con estética bien setentosa. La animación, por otra parte, es una de las técnicas más utilizadas como bastión transgeneracional. Cada vez más, se tiende a sacar el diminutivo al dibujito y convertirlo en un producto apto para adultos. Una de las pruebas es el viraje que tomó el canal de dibujos animados por antonomasia, Cartoon Network, al darse cuenta de que el 50% de su audiencia nocturna era adulta. El segmento lanzado este año en Argentina, que existe desde 2001 (motivado por un estudio similar) y es un éxito en Estados Unidos, se llama "Adult Swim" y está basado en animación sin porno ni violencia pero con dosis de ironía, guiños pop y dudas existenciales. Tal es el caso de Harvey Birdman, un abogado berreta que padece la frustración de atender asuntos de dibujitos mientras sus colegas se entretienen con juicios relevantes; o Laboratorio Submarino 2021, una visión sarcástica del cientificismo y la metafísica: "Nos dimos cuenta de que había un público cautivo y quisimos desarrollar animación con otra sensibilidad", señala Hernán La Greca, director creativo de Cartoon Network Latinoamérica. "A mí me gusta que cada uno ‘esté en la edad’ que tiene..., me incomodan un poco esas nenitas que hablan muy bien o una Nacha Guevara. Pero si bien la animación está asociada con los chicos, nació para grandes. Mi generación creció con eso. Yo creo que uno está dispuesto a hacer otro contrato de lectura con la animación: a los dibujitos les permitimos que digan más cosas que a los actores, ahí sí nos volvemos más niños... Pero creo que en ese mismo nivel de permisividad estaría el contrato con una película como Kill Bill." Mientras Animax se consolidó como un canal de animación para adolescentes y adultos, Fox también apuesta al dibujo para grandes y chicos agrupando sus famosos programas animados (Los Simpson, Futurama, Padre de familia) bajo el nombre "¡No molestar!". Películas como Los increíbles o las dos Shrek muestran un trabajo de guión que tiene como objetivo resultar afable para todas las edades y, en dirección contraria, el cine para adultos también quiere agradar a los niños, como sucede sobre todo en películas de acción. Esto había advertido J. G. Ballard cuando escribió, en un ensayo de 1993 recopilado en Guía para el usuario del nuevo milenio, que se estaban gastando fortunas "en un tipo de efectos especiales computarizados capaces de atraer a un niño de 12 años, habituado al Súper Nintendo, para quien las relaciones adultas, las creencias políticas y las ambigüedades agridulces del amor y la lealtad son tan remotas y aburridas como el teatro kabuki".
Gente grande
El mundo de la televisión es un terreno idóneo para el desfile de iconos adultescentes. Mario Pergolini es el ejemplo más transversal: si durante su programa de TV se viste de traje y vende autos caros, en la tanda aparece con una remera sentado en la batería anunciando cuál es el ganador de un concurso de Pepsi. Él, con sus 41 años, no deja de demostrar su vínculo aceitadísimo con los jóvenes (aunque menos que antes, sigue siendo la voz con la que las marcas eligen llegar a ellos) y la cara de una empresa exitosa que compite en los estratos más altos del poder televisivo. Encima, comenta todas las novedades tecnológicas. Mientras, Matías Martin, con un perfil más de hombre-cualquiera, repite con regularidad en su programa de radio que para su último cumpleaños le regalaron un metegol y se planta como cara del "Ataque ochentoso", la música de su adolescencia. Desde otro lado, Lucas Jinkis, de 34 años, presidente del grupo Q de medios de comunicación, tiene en su oficina una colección entera de muñequitos de Toy Story, Shrek y Los Increíbles, se asume como kidult y presiente que eso tiene que ver con que no tuvo casi adolescencia porque se la pasaba encerrado leyendo y dibujando comics. Ahora, propone responder las preguntas para Radar a través de mensajes de texto: "A veces me hago la rata c mis amigos, vamos al cine, ns compramos m&m amarillos y desaparecemos un rato de la vida", escribe Jinkis con plena conciencia de que no todos pueden tomarse esas libertades. Cuenta que también se junta con ellos a jugar a la Playstation y que se arman peleas que pueden durar semanas por alguna bronca del juego: "Creo que vivimos aterrados por repetir ciertos comportamientos patéticos que han tenido las generaciones más grandes, nos da pánico ser como nuestros padres y nos comportamos como niños. No sé... hay una necesidad de divertirse, de competir".
La indumentaria nacional descubrió la adultescencia como nicho, y lo hizo de la mano de la marca Kosiuko, que también tiene una radio, una playa en José Ignacio y un bar en Punta del Este. Su CEO, Federico Bonomi, tiene 38 años y es otro de los empresarios jóvenes que aclara que en su empresa no se usa corbata. Antes que muchos, advirtió junto a su esposa y socia que si bien la marca había nacido como definición porteña de lo teen –exagerada, irregular, colorinche y muy estampada–, incluso de lo teenpop (hasta vistió a Britney Spears), las madres que acompañaban a sus flamantes señoritas se desvivían por las mismas prendas que querían sus hijas. Bonomi está excitadísimo con el fenómeno y lo aplica a todas las áreas de su negocio (que son muchas): "Estamos viendo que todo se está estandarizando. Los grandes y los chicos pueden compartir la ropa y los mismos espacios. Nos pasa con el bar, no sólo con el local, con hombres y mujeres. Los zapatos se parecen cada vez más a las zapatillas, está todo descontracturado, te podés poner un jean más rockero con una remera más careta y está todo bien. Hacés ropa para todos, los grandes recuerdan cosas de su infancia y su adolescencia y los pibes se copan con lo retro. Agarrás un sweater de Starsky & Hutch bien retro y le ponés un cierre última generación ¡y es un caño asesino que le gusta a todo el mundo!". Bonomi lanza en el mismo tono y sin ningún pudor que "ya no existen las banderas, los punks también son hippies. Hay cosas del pasado que son muy buenas pero con la tecnología de hoy son mucho mejores. En la radio nos pasa: ponés un tema de The Clash y te ponés a llorar, en cambio un remix moderno es espectacular".
Bonomi pertenece a esta tribu urbana de poder adquisitivo que hace compatibles las responsabilidades con vestirse de manera informal, no abandonar los videojuegos ni la música portátil y deleitarse con los dibujos animados. Y si Kosiuko fue de los primeros en avisparse de lo rendidora que puede ser la falta de límites entre padres e hijos, otros indicios saltan a la vista en las vidrieras. Así como la galería Bond Street en Santa Fe y Rodríguez Peña y los locales de diseño de Palermo no tienen pensado excluir a ninguna de sus primeras compradoras por el simple hecho de que éstas hayan crecido, una marca tan tradicional y paqueta como Lacoste grita a los cuatro vientos que su actual diseñador es un DJ muy moderno, cosa que logró que ahora sus prendas puedan ser un lujoso regalo para veinteañeros y no sólo para deportistas refinados.
Niño sin fin
La tendencia al lifting cultural del mundo tiene un costado alegre del que claramente se encarga la publicidad. Y si la arista freak del estancamiento le tocó ya a Michael Jackson, el rock como estilo de vida también sembró una idea de hacerse adultos como algo incómodo, desde lo estético y lo ético.
En Argentina, el movimiento de rock alternativo de los ’90 abusó de la adultescencia y convirtió el crecimiento en algo ciertamente dramático. Mientras Nekro se llamaba a sí mismo "Endless Kinder" ("niño sin fin"), el rock típicamente indie (ejemplo: Jaime sin tierra) voceaba nostalgia y El Otro Yo desbordó antiadultez: ella, María Fernanda Aldana, canta con voz de teletubbie y hebillitas empalagosas que es un dibujito animado y él, su hermano Cristian, es la explosión hormonal que insulta a los ciegos de ambición ("porque el mundo se mueve/ en forma diferente/ y de qué sirve el dinero/ si sos sólo un hombre", en el tema "Inmaduro") hermanado con los adolescentes de los ’90 ("Nada de política, nada de computación/ confusión, frustración, no sé, no sé", "A.D. 90") y más enganchado en la tradición rockera que igualaba el mundo adulto con lo corrompido. Los hermanos Aldana tuvieron mucho que ver con la vuelta local a la niñez que hoy es un fetiche seriado en cualquier negocio de accesorios: las billeteras de Hello Kitty, esa gatita de las nenas de fines de los ’70 y ’80, marcan la síntesis y son una plaga (en el mundo circulan en formato tostadora, cámara digital, valija y reloj de diamantes). El pop local también se vio atravesado por el aniñamiento declarado de la década tanto en su veta más underground como en los productos de los realities pensados para convocar a los más chicos: la ex cantante de Entre Ríos, Isol, ululaba con voz prenatal; una banda platense con algo de punk se alzó como la cara del choque generacional desde el propio nombre Nerdkids; y los ya citados Miranda! vienen hace un tiempo explotando en el escenario un diálogo muy seductor con su público, gracias a coreografías, sonrisas y jugueteos.
Todos, tal vez, son manifestaciones de un esfumado más o menos problemático –y más o menos especulativo– de conceptos duros sobre edades y conductas asociadas. Se verá en unos años, si es que ésta es una variable, cómo envejece el fenómeno. Mientras, el Dr. Rodulfo vuelve a optar por la cautela frente a algo nuevo que adviene en variados aspectos cotidianos: "Una de las cosas que está en juego es que nadie sabe hoy muy bien qué es un adulto y esto plantea una cuestión difícil, de cambios profundos, pero no negativa a priori".

"En la Argentina, la tercera edad no es un segmento rentable por la estructura socioeconómica de la Argentina, y no son tampoco los mejores consumidores de tecnología."
LUIS MASSUH, GERENTE DE SONY
"Todo se está estandarizando. Los grandes y los chicos pueden compartir la ropa y los lugares. Por eso hacés ropa para todos: los grandes recuerdan cosas de su infancia y su adolescencia y los pibes se copan con lo retro. Agarrás un sweater de Starsky & Hutch bien retro y le ponés un cierre última generación ¡y es un caño asesino que le gusta a todo el mundo!
" FEDERICO BONOMI, KOSIUKO
"Estamos en un momento en que la juventud dejó de ser una edad para convertirse en un estilo de vida. La novedad es un elemento constitutivo del mercado y por definición lo joven como estilo de vida siempre está buscando eso también: renovarse. Por eso encajan tan bien."
SEBASTIÁN CODESEIRA, PUBLICISTA DE LA AGENCIA JWT



Por Natali Schejtman / RADAR / 8/1/06

POP CULTURE: Jiro Taniguchi, el padre del nouvelle manga


Eslabón perdido entre el manga y la historieta occidental, Jiro Taniguchi es reverenciado en su Japón natal y en Francia, país que se encargó de editarlo y acuñó el término Nouvelle Manga para agrupar a los historietistas japoneses que desbordan los géneros y se especializan en la contemplación y la vida cotidiana. Por fin, y casi inesperadamente, la obra del gran historietista japonés llegó a las librerías argentinas, en cuidadas ediciones y precios accesibles. Radar lo celebra y lo presenta.
Un hombre regresa a su hogar luego de un viaje de trabajo. Pero en la estación, de manera inexplicable, confunde su tren y pasa apenas un rato hasta que se descubre viajando hacia su ciudad natal. Lejos de bajar en la primera estación para retomar viaje hacia su destino original, el hombre –un oficinista de 48 años– comienza a recordar esa ciudad en la que sólo lo reclama la tumba de su madre, muerta 23 años atrás... a la misma edad que él tiene ahora. La marea del pasado lo alcanza, y al oficinista lo asaltan los recuerdos del entierro de su madre, apenas un año después de su casamiento. Se pregunta si ella habrá sido feliz, y recuerda que nunca lo fue desde que su padre, sorpresivamente, abandonó el hogar cuando él tenía 14 años. Nunca más volvieron a saber de él.
Al llegar a su ciudad natal, el hombre descubre que restan dos horas hasta que salga el tren que lo lleve de regreso con su mujer y sus dos hijas, así que sale a dar un paseo. Inmerso en sus pensamientos, llega hasta lo que era su antigua casa, vendida rápidamente luego de la muerte de su madre, y recorre la que fue su calle, donde quedan muy pocas cosas que le recuerden su pasado. Su recorrido termina en el cementerio, donde se arrodilla frente a la tumba de su madre. De pronto, como cuando terminó sin darse cuenta subido a un tren que no era el suyo, lo asalta una extraña sensación de pérdida de tiempo y lugar. Vuelve en sí en el mismo lugar en el que estaba, pero el sol ya comienza a ponerse. Además siente que su cuerpo es más ligero que antes, y pierde el equilibrio al intentar pararse. En vez de zapatos usa zapatillas, en vez de traje tiene puesto un uniforme de colegio. Vuelve a la ciudad, confundido, y descubre que todo ha cambiado. Ahora sí se parece a la ciudad natal de sus recuerdos.
Después de cinco páginas en que las imágenes están dibujadas desde el punto de vista del protagonista, finalmente el lector alcanza a ver que el oficinista descubre su reflejo en unas ventanas, y se da cuenta de que ya no es un oficinista. Lo que se ve es un estudiante de secundaria de catorce años, a pesar de que sigue narrando lo que le sucede como si fuese un hombre de 48. Su familia lo espera en casa para cenar, volverá a ver a su madre y a su padre, volverá también al colegio, y de pronto el protagonista se da cuenta de algo esencial: al final de ese año, su padre volverá a abandonarlos, para no regresar jamás.
Así es como comienza Barrio Lejano, una apasionante historieta en dos tomos lujosamente editada por una editorial valenciana llamada Ponent Mon. Barrio Lejano es la mejor tarjeta de presentación tanto para el catálogo de Ponent Mon como para la obra de uno de sus autores más fascinantes, el historietista Jiro Taniguchi, un autor reverenciado en Europa y también en los Estados Unidos, tal vez el autor de manga más occidental de todos, que ha trabajado con Moebius, homenajeado a Schuiten, y cuyas obras –gracias a la distribuidora local de Ponent Mon– comienzan a verse tímidamente en las librerías porteñas, que aún no saben dónde ubicar estas historietas presentadas como novelas, estas novelas que en realidad son orgullosamente historietas.
Nouvelle Manga
La familia, las heridas de la infancia y la contemplación de la naturaleza. Esos son, según sus críticos, los temas que nunca faltan en la vasta obra de Taniguchi. Como parte de la generación japonesa de baby boomers que apareció después de la Segunda Guerra Mundial, nació en 1947, en la ciudad de Tottori. Esa misma generación es la que creció escuchando críticas en contra del manga por parte de sus padres, pero con el paso del tiempo quienes crecieron leyendo mangas fueron padres a su vez, y así es como hoy en Japón el manga es un entretenimiento tan legítimo como la televisión o el cine, un puente incluso entre ambos.
“Un autor de manga en Japón está principalmente interesado en contar historias, a diferencia de esos autores occidentales de historietas que generalmente están sólo interesados en el dibujo”, escribió el historietista francés Frédéric Boilet en su manifiesto sobre el Nouvelle Manga. “A diferencia de las historietas occidentales, que generalmente se dedican a las aventuras, el manga siempre ha enfatizado en las historias de la vida cotidiana. Por eso es que, lejos de ser sólo leídos por adolescentes varones, el manga en Japón tiene lectores de todo tipo, varones y mujeres, adolescentes y adultos.” Dentro de esta descripción realizada por Boilet, cuyas obras también publica Ponent Mon, la obra de Taniguchi tal vez sea más apreciada en Francia que en Japón, donde no es un artista de multitudes. Pero sí es reverenciado como uno de los mejores exponentes de su generación, y sus obras son una especie de puente entre la historieta occidental y el manga japonés.
El Caminante
Como cualquier autor de manga, Taniguchi ha realizado una sorprendente cantidad de obras, de toda clase de género, de las cuales sólo unas pocas se han publicado en Occidente. En las librerías, además de la fundamental Barrio Lejano (premiada en el año de su edición en francés por las tres muestras de historietas más importantes, entre ellas la de Angouleme), se puede conseguir una compilación de historias titulada El olmo del Cáucaso, profundamente japonesas pero al mismo tiempo occidentales, en las que se comprende el término de Nouvelle Manga –que remite a la Nouvelle Vague francesa– inventado por Boilet. La contemplación y la vida cotidiana son la clave de sus historias, adaptadas de la obra de un autor tan gentil como Ryuchiro Utsumi y empapadas por un emotivo respeto por los ancianos, la educación y las tradiciones.
También se han distribuido los dos primeros tomos de La época de Botchan, una saga histórica con guión de Natsuo Sekikawa, sobre la modernización del Japón a comienzos del siglo pasado, en la época de la guerra ruso-japonesa, que fue fundamental para el desarrollo de la carrera de Taniguchi. Editada sin modificar los originales japoneses, está encuadernada para ser leída al revés, de atrás hacia adelante y de derecha a izquierda. Pero la obra en la que se destila mejor que ninguna otra el personal estilo de Taniguchi, simple pero jamás sencillo, es El caminante. En el personal ranking de su autor figura como la más importante de su carrera, tal vez porque fue, según él, su primera historieta experimental. ¿En qué reside su experimento? En la contemplación, a través de un caminante que recorre en silencio su barrio, de la naturaleza de las ciudades. Poco y nada sucede en cada una de las historias de El caminante, salvo una sensación de tener todo el tiempo del mundo y una permanente sorpresa ante eso que llena la vista y cada uno de los cuadritos, sorpresa que sólo es expresada a través del dibujo. El caminante se trepa a un árbol, se moja en la lluvia, se mete en una pileta ajena por la noche, y esos actos de pequeñas y simples libertades urbanas llenan la cuidada narración de sus cuadros mudos, sus dibujos llenos de detalles y una vida que se renueva trazo a trazo.
//Por Martín Pérez

Friday, January 20, 2006

ADV: A New Reality in Video Games



In video game vernacular, which of these commands seems out of place: throw punch, slay dragon or view Sprite billboard?
It's a trick question; they all belong.
At least they do to Mitchell Davis, who says he believes that advertisements and product placements will soon become as integral to video games as story lines and action.
Until now, ads have appeared occasionally and haphazardly in video games. But Mr. Davis, chief executive of Massive, a new advertising agency with headquarters in New York, hopes to bring a more aggressive marketing approach to interactive media - he wants to put up billboards and make product placements for mainstream advertisers in the cyberworlds of sports, shooting and strategy games.
For now, the Massive ads will appear only in games played on personal computers connected to the Internet. But eventually Massive's technology will work in games played on consoles like the Sony PlayStation 2 and the Xbox, if they have an Internet connection. The Internet link allows Massive's software to modify the ads as players progress through a game.
"As you move through levels and zones you'll see fresh advertising," said Mr. Davis, 43. "You might see an ad for Mötley Crüe one minute and for T-Mobile the next."
Mr. Davis, a former executive at Britannica.com, has signed deals with 10 major game publishers, including Take-Two Interactive and Vivendi Universal Games, which together will include Massive's software in 40 games by the end of this year . He has also signed agreements with advertisers like Dunkin' Donuts, Intel, Paramount Pictures, Coca-Cola, Honda and Universal Music Group to place their ads with the game publishers.
Industry analysts and executives said that Mr. Davis was not the first entrepreneur trying to jump-start the video game advertising business, but that he was probably the farthest along in building an advertising agency around the idea.
There are, however, plenty of skeptics. Some game players worry that such ads will be distracting, while some game developers are concerned about having to modify their designs to satisfy advertisers.
"I don't want to pick up a sword and have it read Nike on the side," said Jeff Evertt, a video game player and programmer. But less intrusive product ads would not necessarily bother him, he said. Brian Fisher, another gamer and programmer, agreed.
"If the character drinks a Pepsi to get health points, it doesn't bug me," Mr. Fisher said.
Both Mr. Fisher and Mr. Evertt, who work at different video game studios, said they would be concerned if advertisers tried to dictate how and when the ads appeared.
"I don't want to have to go to Nike and get approval," said Mr. Evertt, speaking hypothetically.
Electronic Arts, the world's largest independent game publisher, has not signed a deal with Massive because its executives said the Massive technology had not been proved. They are also wary of possibly compromising the quality of their games for ad revenues that are still quite small.
"We're skeptical the promise meets the resource commitment," said Julie Shumaker, director of in-game advertising for Electronic Arts. The company currently sells ads in a variety of ways in games that are not played online. For example, some sports games have billboards for Burger King.
So far, those ad revenues have been limited. Electronic Arts, which had $4 billion in sales last year, for example, took in only about $10 million in revenue from placing commercial images.
That may change as game publishers seek new sources of revenue to offset the growing cost of producing games, which can reach $10 million to $20 million, excluding marketing expenses. At the same time, advertisers are looking for new ways to reach 18- to 34-year-old males, a sought-after audience that is increasingly abandoning television (and TV commercials) and spending more time playing video games.
The confluence of these trends is likely to make product placement in games more appealing.
"This is the next big way publishers are talking about growing their revenue," said Evan Wilson, an industry analyst with Pacific Crest Securities. Mr. Wilson added that the use of commercials was "almost inevitable in mass-market games."
A big challenge has been convincing advertisers that they can measure the effectiveness of their in-game advertising. To address this problem, Mr. Davis signed a deal in December with Nielsen, the company that tracks TV viewership, to use Massive's software to measure whether video game players are viewing the in-game commercial messages.
The software allows game publishers set aside locations inside a game to post ads. In one popular action game called Splinter Cell, for example, boxes on cargo ships are stamped with the names of advertisers.
The technology makes it possible to track how often a player comes across those boxes inside the game and reports back to the company over the Internet.
"Measurement is the key part of the proposition," Mr. Davis said. "Advertisers are looking for accountability."
Mr. Davis also said that ads could actually make a scene in a game feel more real. Not all game publishers and industry analysts agree, particularly if the ads interfere with the action.
Ms. Shumaker, from Electronic Arts, said full creative control was crucial for game developers. She added that if Massive proved its advertising approach to be profitable, Electronic Arts might well get more aggressive in its ad placements, though it would not hire an outside ad agency.
Smaller publishers, however, do not have the resources to go it alone, said Monika Madrid, who oversees product placement at Ubisoft, the publisher that makes Splinter Cell. She said Ubisoft had been very happy with its relationship with Massive.
Massive says it will pay a portion of the money it earns from advertisers to the game publishers. Mr. Davis said the publishers could eventually get ad revenue of $1 to $2 on each game sold. Ms. Madrid, however, said it was far too soon to know whether the partnership would lead to significant revenues.

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ADV: Los avisos llegan a la telefonía móvil


NUEVA YORK.- Basta de avisos de 30 segundos en televisores de alta definición y de 50 pulgadas. ¿Qué tal un aviso publicitario de tres segundos en la más pequeña de las pantallas? La publicidad al estilo de la TV se está aproximando al teléfono celular. Todo forma parte de una iniciativa más amplia de especialistas en marketing para crear una nueva generación de "avisos directos y personalizados" al transmitir video, audio, avisos que cubren completamente la pantalla y textos a un dispositivo que la mayoría de los adultos norteamericanos lleva habitualmente consigo. La gente de marketing expresó su particular entusiasmo por la perspectiva de utilizar teléfonos celulares, muchos de los cuales están equipados con sistemas de posicionamiento global, para enviar avisos a consumidores sobre la base del lugar en que se encuentren. Con esa información, los vendedores podrían, teóricamente, enviar publicidad comercial de minoristas a usuarios de teléfonos celulares que podrían estar cerca de tal o cual negocio. El marketing basado en el teléfono celular podría ser "la solución mágica que se ha buscado durante mucho tiempo en la publicidad", dijo Laura Marriott, directora ejecutiva de Mobile Marketing Association, un grupo de operadores de telefonía celular, agencias publicitarias, compañías tecnológicas y publicistas. Pero los avisos en celulares plantean serias preocupaciones, advierten grupos de defensa del consumidor. Los críticos sostienen que los grandes carteles publicitarios que inundan los centros urbanos podrían aparecer como intrusos en un dispositivo que uno lleva tan habitualmente como una billetera. "Esto forma parte del entrometimiento de la publicidad, descaradamente, en cada resquicio de nuestra vida", afirmó Gary Ruskin, director ejecutivo de Commercial Alert, una asociación de defensa del consumidor. Por ley, no se permite que los operadores de telefonía celular divulguen información sobre la ubicación de un abonado a menos que él lo autorice. Una idea que analizan los operadores de telefonía móvil y los publicistas es ofrecer incentivos a los consumidores, como tarifas mensuales reducidas, si aceptan recibir avisos publicitarios. Por ahora, el marketing publicitario vía telefonía móvil es rudimentario. Pero se espera que eso cambie rápidamente este año, con la incorporación de gráficos más sofisticados y videos para los avisos publicitarios transmitidos a las pantallas de teléfonos celulares. Algunos vendedores ya comenzaron a enviar sencillos textos de avisos publicitarios a pantallas de teléfonos celulares cuando los consumidores usan navegadores de la Red en sus teléfonos para visitar ciertos sitios de Internet. Otras campañas instan a los consumidores a usar sus propios teléfonos para enviar mensajes de texto a publicistas, para recibir ofertas especiales. "El volumen del mercado de la publicidad por telefonía móvil fue sólo de 45 millones de dólares en 2005, pero se espera que aumente a 1260 millones para 2009", comentó Roger Entner, un analista de la industria de las telecomunicaciones que trabaja para Ovum, una consultora de mercado. Para no "pecar de intrusos", los operadores ya adoptaron un código voluntario de conducta que permite enviar mensajes comerciales sólo a los clientes que acepten recibir avisos. Por Matt Ritchell De The New York Times

En el país, aún está lejos
Consultados por LA NACION, analistas de mercado especializados en las telecomunicaciones coincidieron en señalar que, en la Argentina, la invasión de publicidad vía celulares aún está lejos. "Hace rato que las compañías tienen ganas de vender avisos publicitarios, pero la idea está muy verde", sostuvo Enrique Carrier, de la consultora Carrier y Asociados, y agregó: "El problema es que se trata de un arma de doble filo, porque si el cliente se fastidia, no va a tener ganas de consumir". Pablo Tedesco, de la consultora Prince & Cook, explicó a LA NACION que "en el país, únicamente las empresas de celulares mandan publicidad sobre su propia compañía, con la previa aceptación del cliente". Según Tedesco, "acá funciona más el pull que el push, lo que significa que es el usuario el que se inscribe en una base de datos, a cambio de puntos o ventajas económicas, para recibir publicidad sobre lo que le interesa".

Thursday, January 19, 2006

CINE: ana y los otros, la adolescencia perdida


Al borde de los 30, Ana vuelve a su Paraná natal y se reencuentra con sus ex compañeros de colegio. Pero nada ni nadie es lo que era. A cuatro años de terminada, finalmente se estrena la primera película de Celina Murga. Y aunque forjada al calor del Nuevo Cine Argentino, Ana y los otros parece ajena a las temáticas más recurrentes de sus compañeros de ruta y se adentra sola en el terreno íntimo de toda una generación: la dolorosa melancolía de dejar para siempre el mundo al que una vez pertenecimos.

Ana no es necesariamente un personaje simpático. Pero es inevitable identificarse con ella en varios momentos: Ana siente que ni ella ni todos esos compañeros y amigos del secundario son ya los que eran. Los diálogos que mantiene con cada uno de ellos son idiosincrásicos; casi siempre conllevan alguna idea sobre los amores la crisis y las tragedias juveniles de los 16 o 18 años y cómo fueron o no aplastados por la perspectiva de los casi 30. Ana va por ahí, preguntando como al pasar qué fue de unos y otros. Y unos y otros le cuentan incluso más de lo que ella está interesada en saber. Averiguar el destino de un ex novio se convierte en la excusa para continuar camino hacia Victoria, segunda parte de su viaje, en la que traba relación con un nene de ocho años, un juego de confianza y una conexión de una espontaneidad que paradójicamente no puede mantener con casi ninguno de sus compañeros.

MUSIK: Teen PoP


Aunque en la tapa del disco figure su nombre y esté su foto, aunque haya sido coproducida por Gustavo Santaolalla y Pablo Romero (cantante de Arbol y productor de Miranda!), aunque haya abierto el último show de Juanes y esté a punto de tocar en Gesell Rock y Cosquín Rock, Flor todavía no se cree mucho eso de que ella sea una cantante. “Nunca se me había ocurrido que ésta podía ser mi vida, pero ahora siento que es lo que tengo ganas de hacer para siempre, más allá de que haya otras cosas que me gusten”, dice ella, Florencia Caserta, 21 años, menudita, con jeans y Topper rojas, y una mosca tatuada en el hombro izquierdo.
La casualidad tuvo bastante que ver para que Flor haya llegado hasta este presente. Aunque es de El Palomar, iba al colegio en Haedo y tomaba clases de guitarra con el violero de Guillermina. “Una tarde estábamos ensayando, porque me habían invitado a cantar en un lugar, y le pedí a él que me acompañara, y apareció Pablito (Romero) aplaudiendo... ¡Me puse re colorada!”, recuerda Flor. “Esa misma tarde fuimos a la sala de Guillermina, con Pablo en la batería, mi profesor en la viola y su hermano en el bajo, y tocamos un tema de Rosana, uno de La Renga y uno de Jewel, que iba a cantar.” A Romero le gustó la voz de la niña –¡todavía iba al secundario!– y le propuso grabar una versión de Mañana en el Abasto para un disco de covers. Pero el tema de Sumo, en realidad, fue el comienzo del debut epónimo de Flor. “Estuvimos dos años grabándolo. Pablo fue muy inteligente para grabar, sin presionarme, porque yo nunca había estudiado canto ni nada, y que de repente alguien confiara en mí fue muy fuerte. Con el tiempo armamos una buena relación y tenía voz y voto en el disco. El disco también es mío, estuve en el proceso y me gustó participar.”
–De hecho, lleva tu nombre, por más que lo haya producido él...
–Claro, pero podría no haber temas míos o que yo no hubiera participado en la grabación. Al contrario, tomábamos las decisiones juntos.
Flor descubrió la composición gracias a Romero. Y también por él llegó a estar con Santaolalla. “Vino a ver a Arbol cuando hicieron el primer Cemento”, recuerda la cantante. “El había escuchado el demo, le había gustado mucho y quiso conocerme. Lo vi unos días antes del show de Arbol, me fui toda vestidita, con una pollera, súper incómoda. Pero cuando me vio en Cemento, yo estaba re rolinga. Entonces me dijo: ‘Así quería verte’. Y como le gustó lo que estábamos haciendo, se re metió en el disco. No puedo estar más agradecida. Sé que soy principiante.”
Una principiante sin referentes, además, porque no escuchaba a otras cantantes pop sino a los Redondos, Divididos y La Renga. “El disco es pop, pero en vivo sonamos más rockeros”, ataja. “Pablo tuvo que luchar, porque cada uno tiene sus gustos y yo pensaba: ‘¿Qué pop? Yo estoy con el pañuelito y las Topper, chabón’.” No ve la hora de que llegue la mudanza familiar a Haedo, al fin con habitación propia (hasta ahora la compartía con su hermano). Mientras tanto, Flor sueña con un futuro en el que hará “discos variados”. “Sé que tengo gente con la que puedo contar. No sé cuán grande será lo que pase, pero sí sé que será algo bueno.”

//Por R.C.

FASHION: Milan menswear looks for an edge


Watch out, Milan! Careful, Roberto Cavalli! Victoria Beckham is putting the menswear industry on red alert.
Before she stepped out on Cavalli's runway on Monday, the former Posh Spice revealed even more than a well-oiled leg and a chest heaving above a white dress as she led the male models at the finale. Next year she will launch her own menswear line, offering dishy denim made in L.A., for the likes of - well, her soccer star husband, David Beckham.
Thank heavens for a little diversion, for Milan menswear is in steady-as-it-goes mode. Cavalli may have channeled "Memoirs of a Geisha," with that film's Asian fusion of China and Japan. Versace had immersed itself in the company's DNA and come up with blue as the new black. And from Gianfranco Ferré to Antonio Marras, the ruffled shirt is having its fashion moment. But none of these brands had the forward thrust that changes fashion.
It would certainly be a big change if all those Asian men who turn to Italy for the perfect suit handed over their Mao jackets and kimonos to the Western world. Judging by Cavalli's show, that isn't going to happen. Because for all the glamour and luxury of Chinese dragon embroideries on strokable velvet jackets and Shogun shirts with bamboo prints, these clothes looked like costumes compared with the rest of the designer's slim tailoring and luscious leathers.
"I want men to be more chic - and Japanese style has that kind of sophisticated elegance," said Cavalli, who had the Asian actress Michelle Yeo front row and whose female models looked like 2006 geishas in mini wrap dresses with Obi sashes.
But for all the glamorous Shanghai-meets-Kyoto lounge created by Cavalli, sleek short coats, slim suits and a cut leather blouson jacket seemed easier to absorb into the male wardrobe than a sweater with a serpent motif. The show was well thought out and beautifully executed - but just a theme.
Donatella Versace wanted to put the "V" back into Versace, although she translated those heroic Gianni Versace days of broad-shouldered males into a "Y" line: think tailored coats with piping details, blazers and crushed Prince of Wales wool jackets rooted in narrow pants. It all looked quite good and very blue, with combinations of shades from what the designer called "carbon paper" blue (if anyone uses that inky paper any more) but not quite taking in the clear sky blue of cyberspace. Eggplant, wine and purple were the alternatives.
The Versace group has done a great deal to focus the fashion on what the company stands for, and this show was a clear, clean statement of menswear with a sexy thrust but not much edge. Biker blousons seemed familiar fashion fodder, and although the knitwear was strong, it was nothing new. Now that the designer has sorted out the house codes, her menswear team needs to grow something new from the DNA.
Gianfranco Ferré is another company that has been looking to its roots. "Men's couture" was spelled out on T- shirts at the start of the show, as the designer stepped out with a female model and men in suits in tow. Ferré is a tailor of fine flourishes, and he cannot be criticized for giving his customers what they apparently want: flamboyant touches, from fur peeping out at the cuffs of a sporty nylon parka to the full shebang - a crocodile coat with a giant fox collar.
In between the extremes (giant leather bags, beaded black shoes gleaming like caviar and intricate patchworks of leather) Ferré sent out quietly elegant double-breasted suits and a pale camel short coat. The master of the white shirt also showed that he has not lost his touch. His whipped cream and icing-sugar ruffles were a classy rendition of the ubiquitous evening shirt.

Even Antonio Marras had ruffles, but they were developed within his earnest student look that this season channeled Dada. That intellectual movement was reflected more in the molehills of books piled up on the runway than in the clothes, which were romantic in Marras's sweet way. Clean-cut narrow pants fitted from the hips with cropped vests is a Milan look. Marras showed them with a frill of a tie or a ruffle poking out from a sweater. The designer's favorite late-19th/earlier-20th-century silhouette is now a general menswear trend. And within the limitations of a theme, the constructivist patterned shirts and Art Deco sweaters looked as good for now as on penniless Dada poets.
Ozwald Boateng's show was about nothing very much except nice clothes done with dash and a sense of color from the sea greens for a double-breasted coat or a flash of pink inside a hood. The perils of menswear on the runway mean that although Boateng's sharp tailoring and jaunty attitude were shown to advantage, he felt compelled to include thick woollen tasseled socks and an all-in-one overalls outfit that just looked like runway fodder.

The luxury beauty group L'Oréal announced Monday that it had formed a partnership with Diesel for a world-wide fragrance deal.

DESIGN: Don't sit still, do play


As if video games weren't intense enough, the Pyramat PM220 chair transfers the rollicking action of the screen to your stomach.
This rocker is actually a large subwoofer and speaker system that vibrates and pulses in time to the on-screen action. The seat, ergonomically designed for hours of gaming, has built-in audio ports and can hook up to any device with audio outputs.
The PM220 is compatible with almost any device, from the Xbox 360 to the Nintendo DS. It also has a side connector for piping music from an iPod or other MP3 player through the three internal speakers.
Two of the speakers, rated at eight watts, are on the sides of the chair and a 28-watt subwoofer is hidden inside the chair. The chair hooks up to the television using an RCA cable that is included.
The PM220 has a washable seat, folds for easy storage and comes in black with blue piping. You can even connect several chairs together for group play.
— John Biggs (NYT)

Designer headset

Bluetooth wireless technology will be in more than 140 million cellphones by the end of this year, according to IMS, a market research firm, and the leading Bluetooth accessory is the headset, with 32 million expected to be shipped this year.
To win a share of that market, headset makers are competing on design and size, hoping to lure buyers with headsets that are practically fashion accessories. Jabra, one of the top mobile headset makers, even commissioned the Danish design firm Jacob Jensen to design its new JX10 model.
The silver JX10, one of the smallest and lightest headsets on the market, barely extends beyond the ear. It is available online and at major electronics retailers for under $180.
The JX10 also has digital signal processing, which automatically adjusts sound quality in noisy environments.
Jabra says the JX10 can provide up to six hours of talk time and 200 hours of standby time. The headset can be charged on a cradle, which is included, or through a USB cable, also included, which connects to a PC or Mac.
- Stephen C. Miller (NYT)

ADV: Perry Ellis dresses up an old ploy


The sportswear company Perry Ellis has long employed the traditional formula for men's fashion advertising: Take one handsome man, photograph him posing in an exquisite setting, and repeat.
But now Perry Ellis has decided to replace its leading man (most recently, the actor Jerry O'Connell; before him, the actor Paul Rudd) with something less predictable: a comic strip.
The new ad campaign features a male character in a series of settings that emulate real life, from pondering a job offer in a new city to approaching an attractive woman in a bar. (Naturally, the star of the comic strip is trim, good-looking and dressed in what appears to be Perry Ellis.) The ads are slated to run as four-page inserts, beginning in the March issues of more than a dozen U.S. magazines, including GQ, Cargo and Esquire.
Using comics in advertising is an old strategy that may be on the verge of a revival, thanks in part to the rising popularity of graphic novels among young men. Even Hollywood has caught on in recent years, adapting the graphic novels "Sin City" and "A History of Violence" to commercially successful films. And the target customer for Perry Ellis is typically a thirtysomething man who the company hopes will be drawn to the playfulness of a comic strip with the grown-up content of a graphic novel.
"Our guys are right on the fringe of Gen X, and they've grown up with this type of thing right in front of them," said Neil Powell, the chief creative officer for Margeotes Fertitta Powell in New York, which created the campaign. "And we were also looking to create an ad campaign that was a form of entertainment."
The campaign, costing $15 million, is the most visible effort for the agency since the merger last summer of Margeotes Fertitta & Partners with Powell. It also is the first major fashion account for an agency that is mostly known for its creativity in other areas, including work for Bacardi, Coca-Cola and Starbucks. (Margeotes Fertitta Powell's parent company is MDC Partners, the same holding company that owns part of Crispin Porter & Bogusky and Kirshenbaum Bond & Partners, two agencies renowned for quirky, creative work.)
In addition to running in magazines and on billboards, the comics will eventually appear in two nontraditional places: imprinted on escalator handrails in about 20 shopping malls in major cities nationwide.
Pablo De Echevarria, the senior vice president for marketing at Perry Ellis International, said that the company has created three installments of the comics so far and is hoping that the strategy will be effective enough in the long term to continue the series.
"It can become our own language," De Echevarria said. "But when you do something, however groundbreaking it might be, the consumer becomes inured to it. One of the problems with originality is that you have to keep being original."
Comic strips in advertising peaked in popularity in the 1930s and 1940s, catering largely to people whose grasp of English was poor but who could follow the actions of comic strip characters. More recently, comics have appeared in campaigns to promote less wholesome products (R.J. Reynolds once tried to lure Marlboro smokers away to Camels with ads resembling comic strips, and Miller Brewing Company has run a short-lived ad campaign for Miller Lite in men's magazines.)
But in today's advertising climate, most marketers are condensing their messages to match readers' ever-shortening attention spans.
Perry Ellis is asking readers to do the opposite: Linger over a comic strip to absorb the message and even follow the continuing series in several monthly installments.
"We're challenging several conventions about fashion advertising and communications on general," said Michael Kantrow, the president and chief executive at Margeotes Fertitta Powell. "It's hard to get people to pay the same attention to advertising than they do to content, but we're hoping that this will blur the line there."
Later this spring, the comic strip Dilbert is to appear in a direct-mail advertising campaign for the U.S. Postal Service. Scott Adams, Dilbert's creator, said in an e-mail that comics can be effective for advertising a service that has no obvious physical form.
"The comic makes visual some aspect of each service so people can get their brains around it," Adams said. "And if they laugh, that's a good association too."
He added:
"Comics are a good match for products that are not inherently fascinating. Men's pants look pretty much alike to me."

TV: "Quiero Una Cara Famosa"


MTV Latinoamérica anunció el estreno de la serie documental "Quiero Una Cara Famosa", que se transmitirá todos los jueves a las 11.00 p.m. a partir del 19 de enero.
El show expone un extraño y cada vez más creciente fenómeno, que combina las obsesiones de los jóvenes con las celebridades y el mundo de la cirugía plástica.
"Quiero Una Cara Famosa" sigue la transformación de siete jóvenes que han decidido someterse a cirugías plásticas para parecerse físicamente a su celebridad favorita. Ya sea lucir como Pamela Anderson o Brad Pitt, el objetivo es el mismo, usar la cirugía plástica no sólo para cambiar sino para parecerse a una estrella.
"En el mundo de hoy, donde la obsesión por las celebridades se ha convertido en un frenesí, cada vez más, los jóvenes llevan su enamoramiento con las celebridades a un nuevo nivel", dijo Jacqueline Cantore, Vicepresidente de Programación y Adquisiciones de MTV Networks Latinoamérica. "Esta nueva serie documental analiza los pensamientos y la vida de muchos jóvenes que buscan parecerse a sus ídolos por medio de la cirugía plástica; el show investiga su obsesión, sus móviles y los resultados finales, tanto físico como psicológicos".

FASHION: Las prostitutas de Río dan la nota



Mientras la top Gisele Bündchen concentró las expectativas de selecto público y en una pasarela montada en el Museo de Arte Moderno, un callejón fue escenario para el desfile de "Daspu", la denominada marca "Das putas", donde se invirtieron u$s53 millones

(EFE).- Un desfile de moda realizado por prostitutas en una céntrica calle de Río de Janeiro "robó" público a la Semana de la Moda que concluye hoy en esta ciudad brasileña.
Las modelos de "Daspu", todas "trabajadoras sexuales", exhibieron creaciones llamativas bautizadas, por ejemplo, "Batalla" (para la actividad diaria), "Esparcimiento" (para la playa y el descanso), "Fiesta" (para veladas y carnaval) y "Activismo" (para campañas y manifestaciones públicas).
Alrededor de 500 personas se apiñaron como pudieron en el callejón salpicado con rojos pétalos de rosa, mientras puestos de venta ofrecían camisetas producidas por "Daspu" con llamativas inscripciones como "Somos malas Podemos ser peores", "Las mujeres buenas van al cielo, las malas van a cualquier parte" y "Pu Davida".

Música electrónica y de percusión animó la fiesta promovida por la organización no gubernamental "Davida", que administra "Daspu", cuida de los derechos civiles de unas 4.500 prostitutas y desarrolla programas de prevención contra dolencias sexualmente transmisibles.

El interés despertado por "Daspu" desde su lanzamiento, en diciembre pasado, valió a sus creadoras el permiso para abrir un puesto de promoción de la marca y la venta de camisetas en el Museo de Arte Moderno, donde se concentran las actividades de "Fashion Rio", la tradicional Semana de la Moda que concluye hoy.

La ONG "Davida" tiene como bandera la defensa de un proyecto de ley que plantea el reconocimiento de la prostitución como un oficio igual a cualquier otro, para que las profesionales del sexo tengan los mismos derechos que el resto de los trabajadores.

"Daspu" es un ingenioso juego de palabras que comprime, por un lado, la expresión portuguesa "Das putas" (de las putas), e ironiza, por otro, con "Daslu", nombre de un centro comercial de Sao Paulo, auténtico templo consagrado al lujo, donde los millonarios pueden comprar desde ropa y joyas hasta automóviles y yates.
Con una inversión de 120 millones de reales (unos 52,1 millones de dólares), "Daslu" ocupa cuatro pisos y 20.000 metros cuadrados que reúnen 120 marcas.

MKT: Los "ubersexuales", los hombres triunfadores de 2005



La tendencia indica que los "metrosexuales", aquellos exponentes del sexo masculino refinados y pendientes de su estética, quedaron en el pasado junto con el año que acaba de terminar. Vea qué se necesita para ser uno de los nuevos modelos recorriendo la lista de exponentes
(EFE).-


El que pasó fue el año de los "ubersexuales", esos hombres "de verdad", machotes pero sin pasarse, o al menos eso dicen los expertos en nuevas tendencias, que destacan otras etiquetas que triunfaron en 2005, como "Brangelina" o "globesity".
Los "metrosexuales", aquellos urbanos refinados y blandengues, se pasaron de moda en 2005. La última boga en los EE.UU. son los "ubersexuales", hombres "de verdad" decididos y con confianza en sí mismos.
Tal y como ocurrió con otras etiquetas de moda, como la "generación X" e, inevitablemente, la "generación Y", el uso del término "metrosexual" se extendió como la pólvora hace dos años.
El término comenzó a plagar las revistas de moda y las series de televisión de la noche a la mañana para definir a un tipo de hombre heterosexual que se hace limpiezas faciales y usa crema hidratante, y cuajó de tal manera que fue seleccionado como "Palabra del Año" por la American Dialect Society.
Pero su reinado, personificado según los expertos en estas lides por tipos tales como Ricky Martin, Jude Law o Leonardo Di Caprio, no fue muy duradero, como por otra parte cabía esperar.
A este hombre aquiescente y refinado le reemplazó este año otro más recio, o al menos eso es lo que aseguran quienes pusieron de moda la palabra "ubersexual", las autoras Marian Salzman, Ira Matathis y Ann O'Reilly.
De acuerdo con su nuevo libro, que lleva el pretencioso título de "El futuro de los hombres", el término define "una vuelta a las características positivas del 'hombre real' de ayer, fuerte, decidido, justo".
Los hombres en su mayoría siguen siendo simplemente hombres quizá porque no prestan atención a tales clasificaciones, pero Jill Kelleher, "celestina" de la agencia de contactos de San Francisco (California) Kelleher & Associates da validez a esta nueva etiqueta.
"La mayoría de mis mujeres quiere un hombre de verdad. Las mujeres están buscando el tipo 'uber'", asegura Kelleher, cuya empresa se ocupa de presentar a hombres y mujeres que buscan pareja.
"Elegimos (el término) 'uber' por sus connotaciones de ser el más grande, el mejor", señala Salzman, ejecutiva del gigante de la publicidad J. Walter Thompson, la agencia de publicidad más antigua del mundo y la mayor de este país.
La palabra compartió protagonismo en el año que vence con otras como "Brangelina" -la "fusión" de la pareja del año, Brad Pitt y Angelina Jolie- o "globesity", un término que los más "in" usan para referirse a la explosión global de obesidad.
Pero ninguno tuvo el tirón de "ubersexual", este nuevo concepto que echa por tierra al hombre que muestra que está en contacto con el aspecto femenino de su personalidad.
Es importante, no obstante, no confundirlo con el "hombre Marlboro", ya que "es un hombre de verdad sin llegar a estereotipos negativos de faltar al respeto a las mujeres o estar obsesionado con los deportes, la cerveza y las carnes rojas", apuntan en su libro las autoras.
Unas características que cumplen sólo a medias los diez "ubersexuales" incluidos en la lista elaborada por J. Walter Thompson.
El cantante Bono ocupa el lugar número uno en esta clasificación porque es "global, está preocupado por los asuntos sociales, se muestra seguro de sí mismo y es compasivo".
Otros son el actor George Clooney o el ex presidente de los EE.UU. Bill Clinton, "un seductor nato de raíces sureñas que no tiene miedo a llorar".
"Es un líder con gran capacidad de decisión y con suprema confianza en sí mismo. Y sus manos son soberanamente sexy", aseguran las autoras.
El cineasta Guy Ritchie (más conocido como el marido de Madonna) y el actor Pierce Brosman también forman parte de una lista que abarca candidatos más discutibles, como Arnold Schwarzenegger, el culturista reconvertido en gobernador de California, o Donald Trump, tan famoso por su programa de televisión y su gran fortuna como por el desorden, -muy poco atractivo, se mire como se mire- de sus pelos.
Pero poderoso caballero es Don Dinero, también en esto de la ubersexualidad: las mujeres encuentran que su poder les atrae tanto como su dinero, aseguran con respecto al multimillonario Trump.
http://www.infobae.com/notas/nota.php?Idx=231019&IdxSeccion=0

TRENDS: Ahora resulta que los neoyorquinos se reúnen en el bar para tejer



En Nueva York, tener agujas y lana en mano ya no es exclusivo de las abuelas. El boom de los tejedores se extiende entre los más jóvenes, que encuentran en los bares temáticos espacios para lucirse. Aunque tejer siempre fue asociado a las abuelitas y a las solteronas, ahora cada vez más jovencitas "cultas", e incluso hombres -¡sí, hombres! -, se suman a esa práctica para socializar y relajarse "a la moda". Se trata de una nueva tendencia en la que también son protagonistas los knitting cafes, o cafeterías en las que se puede tejer una bufanda mientras se charla y se hacen amistades sobre una taza de chocolate caliente o, por qué no, una cerveza. Proliferan en Nueva York, aunque también en otras grandes ciudades de Estados Unidos, y se perfilan como negocios de esparcimiento temático prometedores, a juzgar por el crecimiento de tejedores y de ventas de lana y agujas de tejer de la última década. Según un estudio del Consejo del Estambre y la Artesanía de los EE.UU., el número de mujeres que saben tejer aumentó de 35 millones en 1994 a 53 millones en 2005, y es posible que a éstas se sumen unas 94 millones de mujeres más en el futuro cercano. El estudio reveló, además, que son las mujeres de entre 25 y 34 años, y no las abuelitas, las que están impulsando las ventas de estambre a escala nacional. Para aprovechar el tremendo potencial de mercado que representan las jóvenes tejedoras, la editorial SoHo Publishing y el fabricante de estambres Lion Brand Yarn acaban de lanzar conjuntamente la revista Knit 1 , que presenta las últimas tendencias de la moda. "El 2005 ha sido fenomenal, un año récord para las ventas de estambre", señala Richard Brown, presidente del Consejo del Estambre y la Artesanía de EEUU, para quien el tejer "no es una moda", sino "una evolución, un fenómeno de los estilos de vida" contemporáneos. A su juicio, el motor del fenómeno es social, ya que "cada vez más personas, sean adultos o niños, quieren ser parte de la gran comunidad de tejedores de punto y ganchillo de EEUU". Su apreciación se extiende a celebridades como Julia Roberts, Cameron Díaz y Sarah Jessica Parker, que tienen entre sus aficiones la de tejer, y a un grupo cada vez mayor de hombres, que se reúnen en los nuevos cafés para efectuar esa tarea. "Boyz Nite", todos los viernes en el café Knit New York , es la noche especial de los chicos que tejen, mientras que la clientela del Knit Café , en Los Angeles, incluye no sólo a hombres, sino también a niños, según su dueña, Suzan Mischer. Pero para asesorarse y saber en qué "círculo" de tejedores de punto y ganchillo se encaja mejor, se pueden consultar las listas de la Crochet Guild of America y The Knitting Guild Association , que incluyen a prácticamente todos los clubes de los EE.UU. El fenómeno de tejer en público bien podría verse como una suerte de terapia de grupo en una sociedad cada vez más individualista, donde la incertidumbre económica y política, el estrés y las nuevas tecnologías están incitando a una suerte de "retorno al pasado". Así, los habitantes de grandes ciudades se sienten cada vez más atraídos por actividades como el tejer, la nutrición orgánica, la medicina alternativa, la elaboración de artesanías o el Feng Shui, el antiguo arte chino de acomodar el ambiente de la casa y el trabajo para atraer energías positivas. En la era de Internet, del consumo y de la producción masiva, la satisfacción de crear algo con las manos se convierte en un refugio cada vez más buscado. Fuente: EFE http://www.clarin.com/diario/2006/01/12/conexiones/t-01122736.htm