Wednesday, August 24, 2005

Trends: Efecto “banlieue”

Para los jóvenes parisinos, la cultura del suburbio francés se volvió chic
Es una nueva tendencia cultural. Valores marginales como el multiculturalismo, la pertenencia a alguna tribu, la solidaridad y la rebeldía están de moda en los lugares más coquetos de París. Comprar ‘banlieue’ es una manera de identificarse con todo eso.

Olvidémonos de la elegancia eterna de Chanel, Dior o Yves Saint Laurent. Los nombres que hoy crecen más rápido en el universo de la moda parisina tienen que ver con joggings y buzos, con etiquetas deportivas como Bullrot, Thug, Urban Act y M.Dia, y provienen de barrios no tan coquetos de la capital francesa.
El éxito editorial de 2004, sorpresivamente, no fue el último libro de Houellebecq o Beigbeder, sino la primera novela de una escritora de 19 años, Faiza Guene, hija de padres argelinos, que de la nada se convirtió en “la Sagan de las ciudades” o la Bronte de los suburbios.
Y si bien las películas que uno asocia con el cine francés de hoy tienden a ser filmes placenteros y edulcorados como “Amelie” y “Los coristas”, “Banlieue 13” de Luc Besson, ambientada en una selva suburbana sin nombre en las afueras de una gran ciudad francesa, fue vista por más de un millón de personas el año pasado y fue la segunda película más vista en el país durante varias semanas.
Hasta hace muy poco, la “banlieue” –una palabra que quiere decir suburbio, pero que, para muchos franceses, hoy es sinónimo de desempleo, inmigrantes, monoblocks que se vienen abajo, violencia de pandillas y, sobre todo, miedo- era un lugar de temer. Pero, de repente, se volvió chic.
“La ‘actitud banlieue’ es atractiva, especialmente para los jóvenes”, dijo el sociólogo Jean-Jacques Delaveau. “No es que quieran ser chicos de los barrios marginales, pero les gustan algunos de sus valores: multiculturalismo, orgullo de su tribu, solidaridad, rebeldía, una inclinación por el problema. Comprar ‘banlieue’ es una manera segura de identificarse con todo eso”.
Uno de los pioneros de la tendencia es un diseñador de ropa, de 31 años, proveniente de un barrio particularmente infame, Sarcelles, en lo que localmente se conoce como el Nueve-Cinco –o departamento 95, el Val d’Oise, al norte de París. Mohamed Dia, cuyos padres son de Mali, fabricó sus primeros buzos con el logo M.Dia en 1998, y pronto fue adoptado por algunas de las estrellas más renombradas de la escena del rap de Francia -muchas de ellas provenientes del mismo barrio- que buscaban una alternativa nacional para la ropa de calle norteamericana.
Después de haber conquistado Francia –realizó su último desfile debajo del Louvre, un espacio normalmente reservado para los grandes nombres de la alta costura-, ahora hace alarde de un acuerdo con la NBA, 250 puntos de venta en Estados Unidos y ventas a nivel mundial de 16 millones de euros. M.Dia enseguida tuvo un séquito de imitadores. Compañías como Com8, del barrio marginal de Seine Saint-Denis en París (el Nueve-Tres), Bullrot y P2B (Producto de Banlieue, Extremadamente Combustible) desde 2000 que vienen duplicando sus ventas cada año.
Empezaron a surgir tiendas especializadas para satisfacer la demanda: venden prendas “Made in banlieue”, que van desde parkas, bombachas, remeras, trajes de baño hasta llaveros y artículos de librería. George Vignal, gerente de la tienda Ekivok en Boulevard Sebastopol, en París, dijo que entre tres y cuatro diseñadores jóvenes se acercan a su negocio cada día para ofrecerle sus productos.
Hay una cierta ironía en el boom de los barrios marginales, claramente identificada con Kalfane, uno de los tres fundadores de la marca top de esta temporada, Thug (el nombre completo es Thug 187, que obtuvieron de la suma de “las únicas tres banlieues verdaderas”, la 93 y la 94). “Nuestros lemas son: Encuentra tu propio camino en la vida y Sólo Dios puede juzgar”, dijo Kalfane. “Nuestra filosofía de vida es religiosa y multicultural. Pero también creemos que el objetivo en la vida tiene que ser desprenderse de las propiedades”.
La fascinación francesa por la “banlieue” no se limita a la moda. En el terreno de la música, raperos duros como Passi, Stomy Bugsy, Joey Starr y Secteur A abrieron el camino, aunque para un público restringido, en los 90. Este año el “Rythm & Blues” más tradicional de Amel Bent vendió casi un millón de singles. “No sé si venir de los barrios marginales favoreció mi carrera”, le dijo Wallen, otra estrella de los suburbios con un disco de oro en su haber, a Le Parisien. “Pero la banlieue, con total certeza, formó mi identidad y es una identidad que le habla claramente a la gente”.
La literatura francesa, también, siente cada vez más la influencia de la “banlieue”. Las obras incluyen “Dans l’enfer des tournantes” de Samira Bellil (las memorias de una víctima de una violación grupal) y también tiras cómicas, autobiografías (Dia lleva publicadas dos) y “Kiffe Kiffe Demain” (Disfruta mañana) de Guene, la primera novela, predicen los editores, de un género de “banlieue”.
Llena de humanidad y de humor ácido, plagada de personajes memorables, fue elogiada hasta el cansancio por Le Monde, Le Figaro, Elle y prácticamente todos los diarios y revistas. La crítica de L’Express dijo que Guene era “un fenómeno lleno de energía vital” –una frase que hoy es válida para una creciente cantidad de residentes de los barrios más golpeados, pero ya no temidos, de Francia.
© The Guardian.

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