Thursday, May 10, 2007
MUSIK: Wilco – Sky Blue Sky (Nonesuch)
URL de MySpace:
http://www.myspace.com/wilco
La sonrisa de Robbie Robertson se vuelve a dibujar entre los dientes de Jeff Tweedy y, mientras él sonríe, la banda vuelve al entrañable sonido de Summerteeth (Warner Bros, 1999) y logra, en poco menos de una hora, escarbar también en las profundidades del insondable Being There (Sire/Reprise, 1996), rescatar la inocencia de A.M. (Sire/Reprise, 1995) y la disonancia, la calidez y la experimentación de sus dos últimos trabajos de estudio. Wilco se eleva otra vez sobre cielos de antes y sobrevuela, sin dificultad alguna, a Gram Parsons, The Band y Neil Young. La simetría que logran estas doce nuevas canciones es la consecuencia más esperada y afortunada en lo que va de este año.
“Quizás el sol brillará hoy. Las nubes se alejarán. Quizás no me sentiré tan asustado. De cualquier forma, trataré de entender” canta Tweedy nada más abrir la boca en ‘Either way’ el corte inicial de Sky Blue Sky, sexta y última entrega de Wilco y el mejor ejemplo de que el rock de sepa no tiene edad. Porque este disco no es una vuelta a las raíces, es algo nuevo y mejor que logra sorprender ahora y de seguro lo haría en diez años más. Y ahí quedan, como prueba de esto, la fragilidad de ‘Sky blue sky’ y ‘Be patient with me’ con ese comienzo que no hace más que poner las cosas en su sitio “Debería advertirte, no me puedo dar cuenta cuando no estoy bien y no hay nada que pueda hacer para hacerte esto más fácil”, el redoble y la batería pausada y lisérgica abriendo paso a las teclas y a la combustión de guitarras que vendrá después en ‘Side with seeds’, la reivindicación del término electro-acústico con ‘Leave me (like you found me)’ y ‘Hate it here’ con un sentido “mantener las cosas limpias, no cambia nada” que Tweedy escupe con frialdad para luego caer en el esplendor eléctrico de ‘Walken’ y cerrar el recorrido con ‘What light’ y ‘On and on and on’ ,desde ya, una de sus mejores canciones y el final de un viaje deslumbrante, donde el piano, los teclados, la voz y los coros, el resplandor eléctrico y el entramado acústico encuentran espacio suficiente para respirar y construir un muro de rock viejo, maduro y sobrio.
Muy pocas bandas logran crear un sonido propio a partir de la devoción, pero Wilco lo ha logrado otra vez y Sky Blue Sky suena como un caleidoscopio donde los matices y las posibilidades son múltiples. Trabajos como éste, ponen de manifiesto todo lo que una banda debería crecer entre disco y disco. Aquí convergen las aguas de todos sus trabajos anteriores y todo el afán por registrar, con dignidad, el sonido de tiempos mejores. El cielo es azul como antes y Robertson sigue sonriendo
Por Enrique Moraga | 10 May, 2007
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