Sunday, October 16, 2005

CULTURA : HOGAR, DULCE HOGAR



Cada vez más, la cultura se vive en casa y a solas
Según una encuesta nacional la radio y la TV paga aventajan a la compra de CD y el cine. Para los analistas, es un fuerte cambio cultural asociado a las nuevas tecnologías.

La mayor parte de la música que se escucha, se escuha por la radio.
La mayor parte de las películas que se miran, se miran en la TV.
¿Cultos y en casa será la fórmula?
¿Cultos y en casa y cada uno en lo suyo?

Algo de eso se puede leer en la encuesta sobre consumo cultural que acaba de terminar la Secretaría de Medios de Comunicación, de la Presidencia de la Nación.Algunos datos pueden sorprender. La radio es el medio donde se concentra la mayor exposición a la música: 87,9 %. En CD se escucha el 57,2 y en casete —¡no ha muerto!— el 21,1. Internet se lleva el 1,3 y las discotecas —el primer espacio público que aparece mencionado—, el 7,4.

La novedad es la televisión, cada vez más reina del hogar: un 26,7 por ciento de la música se escucha por esta vía, en programas de videoclips de cable o en las señales exclusivas de la televisón satelital. Quienes lo hacen son los más jóvenes: el 34,6% tiene entre 12 y 17 años. El cine, también en casa. Por televisión paga, se ve el 53,9 de las películas y por televisión abierta el 18,4. Otro medio relevante es el alquiler de videos o DVD: 24,5. Sumadas, todas estas opciones hacen empalidecer la asistencia al cine: el 15,5 por ciento. ¿Una cosa atenta contra la otra? Nada es absoluto: "Los argentinos —dice la encuesta— se caracterizan como 'muy sociables'" Por eso, visitar amigos y familiares representa el 79,7 por ciento de sus actividades de tiempo libre. Así, ir al cine con amigos es una salida que no se opone a mirar películas solos y en casa durante la semana. Pasan las dos cosas y por eso las cifras de recaudación del cine no han bajado al ritmo que subían las de otras modalidades de ver películas.
Dicho brevemente: vemos más películas que antes.

El estudio, encargado por la secretaría que encabeza Enrique Albistur, fue llevado adelante por los sociólogos Luis Alberto Quevedo, Roberto Bacman y Lelio Mármora, director del INDEC. Se hizo una encuesta en dos etapas: la primera entre octubre y noviembre de 2004 y la segunda en diciembre de 2004. En el primero, se tomaron 2.974 casos en ciudades grandes y chicas de todo el país. En el segundo se consideraron 2.996 casos. Se hizo preguntándole a la gente por sus consumos y cada cual contestó lo que consideró correcto. Por eso, en la introducción del estudio se aclara: "En algunos casos, los entrevistados hablan de sus películas reales: en otros, reflejan una relación imaginaria que mantienen con la cultura". Por eso, dicen, esto constituye un "mapa perceptual de los consumos culturales".
Albistur dice que "es importante este estudio no sólo para el sector público sino también para el sector privado y para todas la asociaciones civiles o fundaciones que trabajan en el ámbito de la cultura y la comunicación". Porque "encontrarán allí muchos datos que les permitirán mejorar su relación con los públicos, conocer mejor sus demandas y planificar adecuadamente sus ofertas".¿Ofertas para un público individual, que consume cultura de a uno? Puede ser: "Vamos a un televisor por persona y apostaría a que hay un futuro para el dormitorio con dos televisores", predice Quevedo. "Hay una decisión de gasto en equipamiento hogareño para escuchar música o ver películas que evidentemente es distinto en cada nivel social, pero atraviesa todos".

Si se mira en detalle, no se trata solamente de películas y música. Sólo el 3,7 por ciento va a las bibliotecas a sacar un libro para leer por placer. Se lee en casa, en privado. Y algo que lleva la lectura más hacia puertas adentro todavía: Internet. El 28 por ciento consultó libros por esta vía. Es un asunto práctico: sobre todo, se consultaron textos académicos. Es un dato que hay que cruzar con el de asistencia a bibliotecas: del 28 por ciento que dice visitarlas, el 85 por ciento va a "consultar cierto material determinado" o a "fotocopiar textos". Pero a medida que el material esté en la Red ¿para qué salir? Dos datos de color en lo que hace a libros: el elegido como el más leído fue la Biblia. Y cuando, a quienes dijeron que leen, les preguntaron por el autor del libro leído, el 61,9% no supo mencionar ningún nombre."Esta muestra expone un cambio cultural en la exposición a los medios de los argentinos —dice Roberto Bacman—. Hoy ocurre con la televisión lo que antes ocurrió con la radio. Es parte de la vida, tanto que a veces la gente dice 'no hago nada en casa' aunque mire la telelvisión, porque el televisor está prendido 'naturalmente'. Hay casi 2,4 televisores por hogar y el consumo es cada vez más individual. Por eso ya no hay programas de 60 puntos de rating: no está toda la familia frente a 'Grande pá' sino que están dispersos, mirando distintos programas en distintos cuartos. Se han exacerbado los consumos individuales frente a los familiares y la tecnología lo permite".La encuesta —que se puede ver completa en www.consumosculturales.gov.ar—; toma mucho detalle en aspectos diversos: cuáles son los autores más citados, actividades de tiempo libre, deportes preferidos y gastos familiares en cultura. Pero lo que despunta es una imagen del futuro: una persona sola, en un cuarto, con muchos aparatos (que tal vez ni necesiten cables). Guste o no, cultura argentina siglo XXI.

Patricia Kolesnicov (Clarin)

Una "cuenta cultura" austera
La "cuenta cultura" de la familia argentina es austera: sólo un 3,1 por ciento del presupuesto familiar se dedica a este rubro. Aquí hay que tener en cuenta que gran parte de los consumos culturales se pueden hacer de manera gratuita, aunque muchas veces esto ponga a los consumidores en el borde de la ilegalidad.El 43 por ciento de los argentinos, por ejemplo, dijeron haber comprado discos compactos. Pero no todos eran legales: 4 de cada 10 —especialmente entre jóvenes y entre las clases más bajas— reconoce haber comprado copias piratas. Entre quienes no compraron, además, hay un 15,3 que escucha música que bajó de Internet. Con todo, el gasto promedio en compactos alcanza a los 16 pesos mensuales. Un promedio con una variación amplia: en el nivel alto, el gasto llega a los 23 pesos.Del 21 por ciento que escucha casetes, el 67 los compra. Esto ocurre principalmente en el Gran Buenos Aires, en un nivel socioeconómico medio y entre los de más edad (que conservan sus viejos equipos). Los compradores han gastado unos 8 pesos por mes en este rubro.En promedio, e independientemente de su lectura, los argentinos dicen haber comprado alrededor de un libro por mes, un número que crece con la edad y el nivel adquisitivo. La gente va al cine algo más de una vez por mes y gasta 9 pesos en ese período. El hábito está más afianzado entre la clase media y entre quienes tienen de 35 a 49 años.Los alquileres de video y DVD alcanzaron los 17 pesos mensuales, a razón de 3 películas por mes. Este gasto compite con la venta de películas pirateadas en CD, que baja hasta los 3 pesos. En teatro, quienes fueron lo hicieron una vez cada dos meses.



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